descargó contra ellos su furor, el enfado, la ira, la opresión, mensajeros del mal en comitiva.
Jeremías 4:8 - Biblia Castilian 2003 Por eso, ce os de saco, lamentaos y gemid, pues no se ha apartado de nosotros la ira furibunda de Yahveh. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que póngase ropa de luto y lloren con el corazón destrozado, porque la ira feroz del Señor todavía está sobre nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, vístanse con sacos,
lloren y aúllen,
porque Yavé no aparta de nosotros
su ardiente cólera. La Biblia Textual 3a Edicion Por eso, ceñíos de saco,° lamentaos y gemid; Porque el ardor de la ira de YHVH No se ha apartado de nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, ceñíos de saco, lamentaos y gemid, pues no se ha apartado de nosotros la ira furibunda de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por eso vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros. |
descargó contra ellos su furor, el enfado, la ira, la opresión, mensajeros del mal en comitiva.
¡Sólo queda doblarse entre los prisioneros y caer entre los degollados! Y ni aun as se calmó su ira, su mano está todav a extendida.
Os invitaba el Se or, Yahveh Sebaot, aquel d a, al llanto y al lamento, a raparos la cabeza y ce ir sayal.
Estremeceos las descuidadas, temblad las confiadas, despojaos, desnudaos; ce os las caderas;
Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las monta as. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun as se calmó su ira, y su mano está todav a extendida.
Pero el pueblo no se volvió a quien lo her a, no buscaron a Yahveh Sebaot.
Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.
Ululad, pastores, y gritad; revolcaos, mayorales del reba o, porque han llegado los d as de vuestro degüello y de vuestra dispersión: caeréis como objeto precioso.
La ira furibunda de Yahveh no cede hasta que realice y ejecute los planes de su corazón. Al fin de los d as lo comprenderéis'.
Moab está avergonzado, s, destrozado. Clamad y gritad, anunciad en el Arnón: Moab está devastado.
Hija de mi pueblo, c ete de saco, revuélcate en el polvo; haz duelo como por hijo único, una lamentación amargu sima, pues de improviso vendrá el devastador contra nosotros.
¡Vosotros, todos los que pasáis por el camino, Lámed mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta, con el que Yahveh me afligió el d a de su ardiente ira!
Y cuando te pregunten: '¿Por qué gimes?', les dirás: 'Porque llegará una noticia que hará desmayar todos los corazones, desfallecer todas las manos, abatirse todos los esp ritus, deshacerse en agua todas las rodillas'. Mirad que está llegando y se cumplirá - oráculo del Se or Yahveh.'
'Hijo de hombre, profetiza y di: as dice el Se or Yahveh: Gemid: '¡Ay, aquel d a!'.
¡Ce os de saco y gemid, sacerdotes! ¡Lamentaos, ministros del altar! Venid, pasad la noche sobre esteras, ministros de mi Dios, porque faltan en la casa de vuestro Dios la oblación y la libación.
Cambiaré en llanto vuestras fiestas, y todos vuestros cantos en lamento; pondré un saco en todas las cinturas, y en todas las cabezas tonsura; haré que haya duelo como por el hijo único, y su fin será como d a de amargura.
Córtate los cabellos, ráete la cabeza por los hijos que eran tus delicias. Ensancha tu calva como la del buitre, porque lejos de ti han sido deportados.
Dijo Yahveh a Moisés: 'Reúne a todos los jefes del pueblo y cuélgalos ante Yahveh, frente al sol, para que se aleje de Israel la cólera de Yahveh'.