Dijo Jacob a los de su casa y a todos los que estaban con él: 'Retirad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos.
Jeremías 4:1 - Biblia Castilian 2003 Si te conviertes, Israel - oráculo de Yahveh -, puedes volver a m. Si quitas tus abominaciones, no tienes por qué huir de mi presencia. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres de acá para allá, Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Oh, Israel! —dice el Señor—, si quisieras, podrías volver a mí. Podrías desechar tus ídolos detestables y no alejarte nunca más. Biblia Católica (Latinoamericana) Si tú quieres volver, oh Israel, dice Yavé, si quieres convertirte a mí, si alejas de mi vista tus sucios ídolos, ya no tendrás más que esconderte de mí. La Biblia Textual 3a Edicion Oráculo de YHVH: Cuando quieras volver,° oh Israel, vuélvete a mí. Si apartas de mí tus ídolos detestables, Ya no vagarás de una parte a otra.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si te conviertes, Israel -oráculo de Yahveh-, puedes volver a mí. Si quitas tus abominaciones, no tienes por qué huir de mi presencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si te has de convertir, oh Israel, dice Jehová, conviértete a mí; y si quitares tus abominaciones de delante de mí, no andarás de acá para allá. |
Dijo Jacob a los de su casa y a todos los que estaban con él: 'Retirad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos.
Profanó también el rey los lugares altos que hab a frente a Jerusalén al sur del monte de los Olivos, los que hab a erigido Salomón, rey de Israel, en honor de Astarté, abominación de los sidonios, de Camós, abominación de los moabitas, y de Milcón, abominación de los amonitas.
También acabó con los nigromantes, con los adivinos, los terafim, los dolos y todas las abominaciones que se ve an por el pa s de Judá y en Jerusalén, para poner por obra las palabras de la ley escritas en el libro que hab a encontrado el sacerdote Jilqu as en el templo de Yahveh.
Al o r Asá estas palabras, esta profec a de Azar as, hijo de Oded, el profeta, cobró ánimos e hizo desaparecer los dolos de todo el pa s de Judá y de Benjam n y de las ciudades que él hab a conquistado en la monta a de Efra n y restauró el altar de Yahveh que estaba delante del vest bulo de Yahveh.
Y no volveré a permitir que anden errantes los pies de Israel fuera de la tierra que di a vuestros padres, a condición de que procuren dar cumplimiento a todo cuanto yo les ordené: la ley, los mandamientos y los preceptos transmitidos por medio de Moisés'.
Jos as, por su parte, retiró todas las abominaciones de todos los territorios pertenecientes a los israelitas, y obligó a todos los que se hallaban en Israel a que sirvieran a Yahveh, su Dios. Mientras él vivió, no se apartaron de Yahveh, Dios de sus padres.
Volved desde lo profundo a aquel contra quien os habéis rebelado, hijos de Israel.
Por esto as dice Yahveh: 'Si te conviertes, te permito volver, podrás estar en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás como mi propia boca. Ellos se volverán a ti, tú no te volverás a ellos.
Los haré el horror de todos los reinos de la tierra, por causa de Manasés, hijo de Ezequ as, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.
Ahora, pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén en estos términos: As dice Yahveh: 'Mirad: estoy preparando contra vosotros un mal y planeando contra vosotros un plan. Convert os, pues, cada uno de su mala conducta, y enmendad vuestro proceder y vuestras obras'.
Los haré horror y desgracia para todos los reinos de la tierra; oprobio, proverbio, escarnio y maldición en todos los lugares adonde los habré expulsado,
Os dec a: arrepent os cada uno de vuestra mala conducta y de la maldad de vuestras obras, y as podréis habitar en el pa s que Yahveh os dio a vosotros y a vuestros padres desde siempre y para siempre.
Si un hombre repudia a su mujer y ella se aparta de su lado y viene a ser de otro hombre, ¿volverá aquél a ella otra vez? ¿No quedará totalmente profanado aquel pa s? Y tú, que has fornicado con tantos amantes, ¿vas a volver a m ? - oráculo de Yahveh -.
Ve y proclama estas palabras hacia el norte y di: Conviértete, apóstata Israel - oráculo de Yahveh -; no os miraré con rostro airado, pues soy misericordioso - oráculo de Yahveh -; no estaré siempre enojado.
Volved, hijos rebeldes - oráculo de Yahveh -, pues yo soy vuestro due o, y os tomaré: a uno de una ciudad y a dos de una familia, y os llevaré a Sión.
Convert os, hijos rebeldes, curaré vuestras rebeld as. Aqu estamos: venimos a ti; pues tú, Yahveh, eres nuestro Dios.
pues os he enviado a su tiempo y sin cesar a todos mis siervos, los profetas, diciendo: 'Convert os cada uno de vuestra mala conducta y enmendad vuestras obras, no vayáis tras otros dioses para servirlos, y as permaneceréis en el pa s que os di a vosotros y a vuestros padres', pero no habéis prestado o do ni me habéis escuchado.
A ver si la casa de Israel atiende a todas las desgracias que proyecto hacerles, de tal manera que se convierta cada uno de su mala conducta y as les perdone su culpa y su pecado'.
Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.
As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: enmendad vuestra conducta y vuestras obras, y os dejaré habitar en este lugar.
Porque si de verdad enmendáis vuestra conducta y vuestras obras; si de verdad practicáis la justicia entre unos y otros;
entonces os dejaré habitar en este lugar, en el pa s que di a vuestros padres desde siempre y para siempre.
presta a interés y cobra usura, ¿vivirá acaso? ¡No vivirá! Por haber cometido todas estas abominaciones, ciertamente morirá; su sangre recaerá sobre él.'
Ahora deben alejar de m sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, porque voy a residir en medio de ellos para siempre.
Tendrá que expiar Samar a, porque fue rebelde a su Dios. A espada caerán, sus ni os serán estrellados, abiertas en canal las mujeres encintas.
Se reunirán los hijos de Judá con los hijos de Israel; se darán un jefe único y se desbordarán del pa s, porque será grande el d a de Yizreel.
Se vuelven a lo inútil, son como arco enga oso. A espada caerán sus pr ncipes por la virulencia de sus lenguas. De ellos se hará escarnio en el pa s de Egipto.
Por eso, ahora mismo - oráculo de Yahveh - convert os a m de todo corazón con ayunos, llantos y lamentos;
No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas anunciaron: 'As dice Yahveh Sebaot: convert os de vuestros malos caminos y de vuestras males acciones'. Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso - oráculo de Yahveh -.
Maldito el que haga una escultura tallada o una imagen de metal fundido, abominación para Yahveh, obra de las manos de un artesano, aunque la ponga en lugar secreto. Todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
En tu angustia, cuando todas estas cosas te sobrevengan en los tiempos venideros, te volverás a Yahveh, tu Dios, y escucharás su voz.
Ahora, pues, temed a Yahveh y servidle con integridad y lealtad. Apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros antepasados al otro lado del r o y en Egipto, y servid a Yahveh.
Retiraron entonces a los dioses extra os de en medio de ellos y sirvieron a Yahveh, quien no pudo ya soportar las penalidades de Israel.
Samuel dijo entonces a toda la casa de Israel: 'Si de todo corazón os volvéis a Yahveh, quitad de en medio de vosotros los dioses extra os y las Astartés, orientad vuestro corazón hacia Yahveh, servidle a él solo, y entonces él os librará del poder de los filisteos'.