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Jeremías 39:6 - Biblia Castilian 2003

El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedec as en Riblá ante sus propios ojos. El rey de Babilonia degolló también a todos los nobles de Judá.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El rey de Babilonia hizo que Sedequías observara mientras masacraba a sus hijos en Ribla. El rey de Babilonia también masacró a todos los nobles de Judá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En Ribla, el rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos, y lo mismo hizo con todos los nobles de Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla. El rey de Babilonia mandó degollar también a todos los nobles de Judá,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedecías en Riblá ante sus propios ojos. El rey de Babilonia degolló también a todos los nobles de Judá.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías en su presencia en Ribla, y el rey de Babilonia también degolló a todos los nobles de Judá.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 39:6
19 Referans Kwoze  

y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque dec a: 'No quiero ver morir al ni o'. Se sentó enfrente y lloró, a gritos.


Pues, ¿cómo voy a subir yo a mi padre si el chico no va conmigo? No, no quiero ver la aflicción que caerá sobre mi padre'.


Por eso voy a reunirte con tus padres, y serás recogido en paz en tu sepulcro. No verán tus ojos toda esa desventura que voy a traer sobre este lugar''. Y ellos llevaron la respuesta al rey.


Degollaron a los hijos de Sedec as en su presencia. Luego mandó sacar los ojos a Sedec as, lo ató con cadenas, y lo trasportó a Babilonia.


Por eso voy a reunirte con tus padres, y serás recogido en paz en tu sepulcro. No verán tus ojos toda esa desventura que voy a traer sobre este lugar y sobre sus habitantes''. Y ellos llevaron la respuesta al rey.


Porque, ¿cómo podré yo contemplar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver el exterminio de mi raza?'.


Sus ni os, ante sus ojos, serán estrellados, serán saqueadas sus casas, violadas serán sus mujeres.


Los chivos morarán en él. No estarán sus nobles; para proclamar un rey y nada serán todos sus pr ncipes.


Pues as dice Yahveh: 'Mirad: voy a entregarte al terror, a ti y a todos tus amigos, que caerán bajo la espada de sus enemigos. Lo verán tus propios ojos. Y entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los pasará a cuchillo.


Después de esto - oráculo de Yahveh -, entregaré a Sedec as, rey de Judá, a sus servidores y a la gente que en esta ciudad haya sobrevivido a la peste, a la espada y al hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida. Él los pasará a filo de espada, sin compadecerse de ellos, sin apiadarse, sin tener misericordia'.


Y tú no te librarás de su mano, sino que ciertamente serás apresado y entregado a él: tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia; su boca hablará con tu boca, y tú irás a Babilonia''.


Todas tus mujeres y tus hijos serán llevados a los caldeos. Tú no escaparás de su mano, sino que serás apresado por la mano del rey de Babilonia; y a esta ciudad se le prenderá fuego'.


El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedec as ante sus propios ojos y degolló también en Riblá a todos los nobles de Judá.


Vendrán contra ti con caballos, carros y carretas, y toda una coalición de pueblos; se apostarán contra ti por todas partes con rodelas, escudos y cascos. Expondré tu causa delante de ellos, y te juzgarán según sus leyes.


Toma lo mejor del reba o. Apila luego la le a debajo. Hazla hervir a borbotones hasta que los huesos se cuezan en ella'.


El d a del sacrificio de Yahveh castigaré a los pr ncipes, a los hijos del rey y a todos los que se visten a la moda extranjera.


Enloquecerás ante el espectáculo de lo que verán tus ojos.