El rey dio entonces al cusita Ebedmélec esta orden: 'Toma contigo de aqu tres hombres y saca al profeta Jerem as de la cisterna, antes de que muera'.
Jeremías 38:11 - Biblia Castilian 2003 Ebedmélec tomó consigo los hombres y entró en el palacio real, al vestuario del tesoro, tomó de all trozos de ropas usadas y rotas, y se los tiró a Jerem as a la cisterna junto con unas cuerdas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tomó Ebed-melec en su poder a los hombres, y entró a la casa del rey debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, y los echó a Jeremías con sogas en la cisterna. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Ebed-melec se llevó a los hombres y fue a la habitación del palacio que estaba debajo de la tesorería. Allí encontró trapos viejos y ropa desechada que llevó a la cisterna y se los bajó con sogas a Jeremías. Biblia Católica (Latinoamericana) Abdemalec consiguió los hombres, volviendo con ellos al palacio del rey. Ahí, del ropero de la sala del tesoro, tomó trapos y ropas gastadas, y por medio de sogas los pasó a Jeremías, diciéndole: La Biblia Textual 3a Edicion Y tomando Ebed-melec consigo a los hombres, entró a la casa del rey debajo de la tesorería, y de allí tomó trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, y junto con unas sogas, los echó a Jeremías en la cisterna. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ebedmélec tomó consigo los hombres y entró en el palacio real, al vestuario del tesoro, tomó de allí trozos de ropas usadas y rotas, y se los tiró a Jeremías a la cisterna junto con unas cuerdas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tomó Ebedmelec en su poder hombres, y entró a la casa del rey al lugar debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos y raídos, ropas viejas y andrajosas, y los echó a Jeremías con sogas en la mazmorra. |
El rey dio entonces al cusita Ebedmélec esta orden: 'Toma contigo de aqu tres hombres y saca al profeta Jerem as de la cisterna, antes de que muera'.
El cusita Ebedmélec dijo a Jerem as: 'Ponte estos trozos de ropas usadas y rotas en los sobacos, por debajo de las cuerdas'. Jerem as lo hizo as.
Tomaron, pues, a Jerem as y lo arrojaron en la cisterna de Malqu as, hijo del rey, que hab a en el patio de la guardia. Bajaron a Jerem as con cuerdas. En la cisterna no hab a agua, sino fango, y Jerem as se hundió en el fango.
El cusita Ebedmélec, eunuco residente en el palacio real, oyó que hab an echado a Jerem as en la cisterna. El rey se encontraba entonces en la puerta de Benjam n.
Pero todo el oro y la plata, as como todos los objetos de bronce y de hierro, serán consagrados a Yahveh e ingresarán en su tesoro'.