Cuando el rey vio a la reina Ester de pie en el atrio, se sintió complacido. El rey tendió hacia Ester el cetro de oro que ten a en la mano. Ester se acercó y tocó la extremidad del cetro.
Jeremías 38:10 - Biblia Castilian 2003 El rey dio entonces al cusita Ebedmélec esta orden: 'Toma contigo de aqu tres hombres y saca al profeta Jerem as de la cisterna, antes de que muera'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces mandó el rey al mismo etíope Ebed-melec, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna, antes que muera. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el rey le dijo a Ebed-melec: —Toma contigo a unos treinta de mis hombres y saca a Jeremías de la cisterna antes de que muera. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el rey ordenó al etíope: 'Toma tres hombres y saca a Jeremías del pozo antes de que muera. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey ordenó a Ebed-melec el etíope, diciendo: Toma treinta hombres contigo, y haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey dio entonces al cusita Ebedmélec esta orden: 'Toma contigo de aquí tres hombres y saca al profeta Jeremías de la cisterna, antes de que muera'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces mandó el rey al mismo Ebedmelec etíope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la mazmorra, antes que muera. |
Cuando el rey vio a la reina Ester de pie en el atrio, se sintió complacido. El rey tendió hacia Ester el cetro de oro que ten a en la mano. Ester se acercó y tocó la extremidad del cetro.
El rey Asuero dijo a la reina Ester y al jud o Mardoqueo: 'Ved que he dado a Ester la hacienda de Amán, al que ya han colgado de la horca, por haber extendido su mano contra los jud os.
Cuanto a m, yo por siempre he de anunciar y al Dios de Jacob he de cantar.
Arroyo es el corazón del rey en manos de Yahveh: que él dirige adonde quiere.
Ebedmélec tomó consigo los hombres y entró en el palacio real, al vestuario del tesoro, tomó de all trozos de ropas usadas y rotas, y se los tiró a Jerem as a la cisterna junto con unas cuerdas.
El cusita Ebedmélec, eunuco residente en el palacio real, oyó que hab an echado a Jerem as en la cisterna. El rey se encontraba entonces en la puerta de Benjam n.
'Rey, mi se or; esos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jerem as, arrojándole a la cisterna, donde morirá de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad'.