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Jeremías 36:25 - Biblia Castilian 2003

Y cuando Elnatán, Dela as y Guemar as instaron al rey para que no quemara el rollo, no sólo no les hizo caso

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Aun cuando Elnatán, Delaía y Gemarías le suplicaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por más que Elnatán, Dalaías y Gamarías suplicaran al rey que no quemara el rollo, no les hizo caso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemara aquel rollo, no los quiso oír.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y cuando Elnatán, Delaías y Guemarías instaron al rey para que no quemara el rollo, no sólo no les hizo caso

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aunque Elnatán y Delaías y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, él no los quiso oír:

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Jeremías 36:25
11 Referans Kwoze  

Y a adió, con la intención de librarlo de sus manos y devolverlo a su padre: 'No derraméis sangre; arrojadlo a esa cisterna que hay en el desierto, pero no pongáis la mano sobre él'.


El malvado lleva la osad a en su rostro, el hombre recto corrige su pasos.


Los pr ncipes y todo el pueblo dijeron entonces a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no merece pena de muerte, porque nos ha hablado en nombre de Yahveh, vuestro Dios.


El rey Joaqu n envió entonces hombres a Egipto: a Elnatán, hijo de Acbor, y a otros hombres con él,


Baruc leyó entonces en el libro las palabras de Jerem as en el templo de Yahveh, en la sala de Guemar as, hijo de Safán, el secretario, en el atrio superior, a la entrada de la Puerta Nueva del templo de Yahveh, y todo el pueblo escuchaba.


bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde precisamente celebraban una sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Dela as, hijo de Sema as; Elnatán, hijo de Acbor; Guemar as, hijo de Safán; Sedec as, hijo de Janan as, y todos los demás dignatarios.


diciendo: 'He pecado entregando sangre inocente'. Pero ellos contestaron: 'Y a nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!'.