Mas al que tiende a lo torcido que el Se or lo conduzca con los art fices del mal. ¡La paz sobre Israel!
Jeremías 34:11 - Biblia Castilian 2003 Pero luego se arrepintieron y obligaron a volver a los esclavos y a las esclavas que hab an dejado libres, y los redujeron de nuevo al estado de esclavos y de esclavas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas. Biblia Nueva Traducción Viviente pero luego cambiaron de opinión. Volvieron a tomar a los hombres y a las mujeres que habían liberado y los obligaron a ser esclavos otra vez. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero pronto cambiaron de parecer y los mandaron a buscar, reduciéndolos otra vez a la esclavitud. La Biblia Textual 3a Edicion Pero después se arrepintieron, e hicieron regresar a los siervos y siervas que habían dejado libres, y otra vez los redujeron a servidumbre como siervos y siervas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero luego se arrepintieron y obligaron a volver a los esclavos y a las esclavas que habían dejado libres, y los redujeron de nuevo al estado de esclavos y de esclavas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron por siervos y por siervas. |
Mas al que tiende a lo torcido que el Se or lo conduzca con los art fices del mal. ¡La paz sobre Israel!
Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aqu '. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo hab a predicho Yahveh, no los escuchó.
Moisés y Aarón salieron del palacio del Faraón y Moisés invocó a Yahveh para que alejara las ranas que hab a enviado contra el Faraón.
Orad a Yahveh para que cesen los truenos de Dios y el granizo; os dejaré salir, y no os quedaréis aqu por más tiempo'.
que no se ejecuten al instante las sentencias, porque entonces el corazón de los hombres se harta de hacer el mal.
Todos los pr ncipes y todo el pueblo que hab an tomado parte en el acuerdo accedieron a dejar en libertad cada uno a su esclavo o a su esclava, para no volver a tenerlos por esclavos; accedieron, pues, y los dejaron en libertad.
Entonces le fue dirigida la palabra de Yahveh a Jerem as de parte de Yahveh:
Pero os habéis arrepentido, y as habéis profanado mi nombre, haciendo volver cada uno a su esclavo y a su esclava, a los que hab ais dejado libres según su deseo, y los habéis reducido de nuevo a esclavitud'.
También entregaré a Sedec as, rey de Judá, y a sus pr ncipes en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida y en mano del ejército del rey de Babilonia, que ha levantado el asedio.
Entre tanto, el ejército del Faraón hab a salido de Egipto. Cuando los caldeos que sitiaban a Jerusalén oyeron la noticia, se retiraron de Jerusalén.
¿Qué debo hacer por ti, Efra n? ¿Qué debo hacer por ti, Judá? Vuestro amor es como nube matinal, como roc o que temprano se disipa.
Se vuelven a lo inútil, son como arco enga oso. A espada caerán sus pr ncipes por la virulencia de sus lenguas. De ellos se hará escarnio en el pa s de Egipto.
a los que se apartan de Yahveh, a los que no lo buscan ni van a su encuentro.
Tú me has mostrado hoy que eres benévolo conmigo, ya que Yahveh me ha entregado en tus manos, pero tú no me has matado.
Respondió Saúl: 'He pecado. Vuélvete, hijo m o, David, pues no te volveré a hacer mal, ya que mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. He obrado como un insensato y me he enga ado por completo'.