cuando compres un esclavo hebreo, te servirá seis a os, y al séptimo saldrá libre, sin pagar nada.
Jeremías 34:10 - Biblia Castilian 2003 Todos los pr ncipes y todo el pueblo que hab an tomado parte en el acuerdo accedieron a dejar en libertad cada uno a su esclavo o a su esclava, para no volver a tenerlos por esclavos; accedieron, pues, y los dejaron en libertad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron. Biblia Nueva Traducción Viviente Las autoridades y todo el pueblo habían obedecido el mandato del rey, Biblia Católica (Latinoamericana) Todas las autoridades y el pueblo habían entendido el compromiso que tomaban y despidieron a sus esclavos. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando los príncipes y los del pueblo oyeron que en el pacto se había convenido dejar libre cada uno a su siervo y a su sierva, y que ninguno los usara más como siervos, obedecieron y los dejaron ir. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos los príncipes y todo el pueblo que habían tomado parte en el acuerdo accedieron a dejar en libertad cada uno a su esclavo o a su esclava, para no volver a tenerlos por esclavos; accedieron, pues, y los dejaron en libertad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que habían entrado en el pacto de dejar libres, cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, y que ninguno los usaría más como siervos, obedecieron y los dejaron ir. |
cuando compres un esclavo hebreo, te servirá seis a os, y al séptimo saldrá libre, sin pagar nada.
Dice el Se or: por cuanto este pueblo está cerca de m con la boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de m y el culto que me da es pura rutina humana,
Cuando los pr ncipes de Judá tuvieron noticia de estas cosas, subieron desde el palacio real al templo de Yahveh y se sentaron a la entrada de la puerta nueva del templo de Yahveh.
Los pr ncipes y todo el pueblo dijeron entonces a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no merece pena de muerte, porque nos ha hablado en nombre de Yahveh, vuestro Dios.
Pero luego se arrepintieron y obligaron a volver a los esclavos y a las esclavas que hab an dejado libres, y los redujeron de nuevo al estado de esclavos y de esclavas.
A los pr ncipes de Judá y a los pr ncipes de Jerusalén, a los eunucos y a los sacerdotes, y a toda la población del pa s, que han pasado entre los trozos del novillo,
bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde precisamente celebraban una sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Dela as, hijo de Sema as; Elnatán, hijo de Acbor; Guemar as, hijo de Safán; Sedec as, hijo de Janan as, y todos los demás dignatarios.
Los jefes dijeron al rey: 'Hay que matar a este hombre, porque de este modo debilita las manos de los combatientes que quedan en esta ciudad y las manos de toda la población, diciéndoles semejantes cosas. Es claro que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal'.
Santificaréis el a o cincuenta y proclamaréis la emancipación de todos los habitantes del pa s. Será para vosotros un a o jubilar; cada uno de vosotros recobrará su propiedad, y cada cual volverá a su familia.
porque Herodes sent a respeto por Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y procuraba resguardarlo; cuando lo o a, quedaba muy perplejo, aunque lo escuchaba con gusto.