El zumbido del trueno fue rodando, los rayos alumbraron el espacio y la tierra tembló de conmoción.
Jeremías 32:25 - Biblia Castilian 2003 Y sin embargo, tú, Se or Yahveh, me has dicho: 'Cómprate el campo con dinero y requiere testigos', cuando la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos? Biblia Nueva Traducción Viviente Y aun así, oh Señor Soberano, me has ordenado comprar el terreno —hasta pagué mucho dinero en presencia de estos testigos— aunque la ciudad pronto será entregada a los babilonios». Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Y a pesar de todo, tú, oh Señor Yavé, me dices: 'Cómprate este campo con plata, y toma testigos', justamente cuando la ciudad está a punto de ser conquistada por los caldeos!' La Biblia Textual 3a Edicion ¿Y Tú, oh Adonay YHVH, me dices: Cómprate la heredad con dinero ante testigos; mientras la ciudad cae en manos de los caldeos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y sin embargo, tú, Señor Yahveh, me has dicho: 'Cómprate el campo con dinero y requiere testigos', cuando la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tú, oh Señor Jehová me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos. |
El zumbido del trueno fue rodando, los rayos alumbraron el espacio y la tierra tembló de conmoción.
y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que sean extirpados del pa s que les di a ellos y a sus padres'.
Porque as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Se seguirán comprando casas, campos y vi as en este pa s'.
Mira que los terraplenes de asedio llegan a la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos, que combaten contra ella con la espada, el hambre y la peste. Lo que has anunciado se está cumpliendo, y tú mismo lo estás viendo.
Se comprarán campos en este pa s, acerca del cual dec s: 'Es un desierto, sin hombres ni animales; está entregado en mano de los caldeos'.
Vino, pues a m Janamel, hijo de mi t o, según la palabra de Yahveh, al patio de la guardia y me dijo: 'Compra mi campo de Anatot, en el territorio de Benjam n, pues tienes el derecho de adquisición y a ti corresponde el rescate; cómpratelo''. Comprend que era una orden de Yahveh,
Por eso, as dice Yahveh: 'Vosotros no me habéis escuchado, al proclamar cada uno la manumisión de su hermano y de su prójimo. Pues mirad: yo voy a proclamar contra vosotros la manumisión - oráculo de Yahveh - para la espada, la peste y el hambre, convirtiéndoos en el terror de todos los reinos de la tierra.
Jesús le respondió: 'Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero más tarde lo comprenderás'.