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Jeremías 31:4 - Biblia Castilian 2003

Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; volverás a adornarte con tus tambores y saldrás al corro de gentes jubilosas.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo te reedificaré, mi virgen Israel. Volverás a ser feliz y con alegría danzarás con las panderetas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Otra vez te edificaré, y quedarás edificada, ¡Oh virgen de Israel! Otra vez adornarás tus panderos, Y saldrás en alegres danzas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; volverás a adornarte con tus tambores y saldrás al corro de gentes jubilosas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en corro de danzantes.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 31:4
31 Referans Kwoze  

Éste es el oráculo que Yahveh ha pronunciado contra él: 'Te desprecia y se burla de ti la doncella de Sión. A tus espaldas menea la cabeza la hija de Jerusalén.


Que celebren su nombre con la danza, que le canten, con adufes y con arpas,


Escúchame, Se or, tómame en gracia, hazte tú mi socorro.


No está tu complacencia en sacrificios para que yo te ofrezca, ni quieres tú holocaustos.


Que los cielos y la tierra te bendigan, los mares y cuanto en ellos bulle.


Yahveh se compadecerá de Jacob, elegirá de nuevo a Israel y los asentará en su pa s. El forastero se les unirá y se asociará a la casa de Jacob.


y cada pasada de la fusta será un castigo que Yahveh le descarga, al son de tambores y c taras. En agitadas batallas la combatirá.


Éste es el oráculo que Yahveh ha pronunciado contra él: Te desprecia y se burla de ti, la doncella de Sión. A tus espaldas menea la cabeza la hija de Jerusalén.


Hoy te conf o las naciones y los reinos para arrancar y arrasar, para destruir y derruir, para edificar y plantar.


Les dirás esta palabra: Vierten lágrimas mis ojos noche y d a y no cesan, porque por un gran quebranto está quebrantada la virgen, hija de mi pueblo, por un golpe del todo incurable.


Por eso, as dice Yahveh: 'Preguntad en las naciones quién oyó cosa semejante: horrible maldad cometió la virgen de Israel.


fijo en ellos mis ojos con complacencia, los volveré a este pa s, los reedificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré,


Se alegrará entonces la doncella en la danza, y los jóvenes y los viejos se regocijarán. Cambiaré su tristeza en gozo; los consolaré y aliviaré sus penas.


Levántate se ales, colócate hitos; presta atención a la calzada, al camino que anduviste; vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.


Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que se reedificará la ciudad para Yahveh desde la torre de Jananel hasta la Puerta del Ángulo.


Voy a cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y a restablecerlos como al principio.


Sube a Galaad en busca de bálsamo, doncella de Egipto. En vano multiplicas los remedios, no hay curación para ti.


El Se or rechazó lejos de m Sámek a todos mis guerreros. Convocó contra m una asamblea para aplastar a mis jóvenes. El Se or pisó en el lagar a la virgen, hija de Judá.


¿A quién puedo ponerte como ejemplo? Mem ¿A qué te compararé, hija de Jerusalén? ¿A qué te igualaré, para consolarte, virgen, hija de Sión? ¡Grande como el mar es tu quebranto! ¿Quién podrá curarte?


Cayó, no volverá a levantarse la doncella de Israel. Yace en tierra, abandonada sin que nadie la levante.


Aquel d a levantaré la caba a ca da de David: repararé sus brechas y reconstruiré sus ruinas; la restableceré como en los d as de anta o,


Luego traed el ternero cebado y matadlo. Vamos a comer y a celebrar alegremente la fiesta.


De nuevo, después de esto, reedificaré la caba a ca da de David, reedificaré sus ruinas y la levantaré;


Cuando Jefté llegó a Mispá, a su casa, salió a su encuentro su hija, con panderos y coros de danza. Era su hija única, pues él no ten a más hijos ni hijas.