Llegado el séptimo mes, todo el pueblo de los israelitas, que estaba ya en sus ciudades, se reunió como un solo hombre en Jerusalén.
Jeremías 30:3 - Biblia Castilian 2003 Porque mira que vienen d as - oráculo de Yahveh - en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, dice Yahveh, y lo volveré al pa s que di a sus padres para que lo poseyeran'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues se acerca la hora cuando restableceré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a casa, a esta tierra que di a sus antepasados, y volverán a poseerla. ¡Yo, el Señor, he hablado!». Biblia Católica (Latinoamericana) pues se acerca el tiempo, dice Yavé, en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, haciéndoles retornar a la tierra que di a sus padres en propiedad. La Biblia Textual 3a Edicion Porque he aquí que vienen días, dice YHVH, En que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, dice YHVH, Y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque mira que vienen días -oráculo de Yahveh- en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, dice Yahveh, y lo volveré al país que di a sus padres para que lo poseyeran'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver la cautividad de mi pueblo Israel y Judá, dice Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la poseerán. |
Llegado el séptimo mes, todo el pueblo de los israelitas, que estaba ya en sus ciudades, se reunió como un solo hombre en Jerusalén.
Sin embargo, muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que hab an visto el primer templo, lloraban con grandes gemidos al ver con sus propios ojos echar los cimientos de este templo; pero otros muchos lanzaban clamores de alegr a.
El a o segundo de su llegada al templo de Dios, en Jerusalén, en el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Josadac, y el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas; y todos los que hab an vuelto de la cautividad a Jerusalén, comenzaron la obra y designaron a los levitas, de veinte a os para arriba, para que dirigieran los trabajos del templo de Yahveh.
Allá se hallan temblando de terror, y no hab a terror, pues dispersa Dios los huesos de quienes de él reniegan. Tú les causas vergüenza, pues Dios los aborrece.
sino: '¡Por vida de Yahveh, que sacó a los israelitas del pa s del norte y de todos los pa ses adonde los hab a expulsado!'. Pues los volveré al territorio que di a sus padres.
Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que suscitaré a David un germen justo que reinará como rey, obrará con prudencia y practicará el derecho y la justicia en el pa s.
Pero a la nación que someta su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirva, la dejaré tranquila en su pa s - oráculo de Yahveh -, para que lo cultive y lo habite'.
serán llevados a Babilonia, y all estarán hasta el d a en que yo me ocupe de ellos - oráculo de Yahveh - los saque y los devuelva a este lugar'.
Porque as dice Yahveh: 'Cuando se hayan cumplido para Babilonia setenta a os, os visitaré y haré realidad en vosotros mi buena promesa de volveros a este lugar.
cuando me busquéis con todo vuestro corazón, me dejaré hallar por vosotros - oráculo de Yahveh -, cambiaré vuestra suerte, os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os he expulsado - oráculo de Yahveh - y os volveré al lugar de donde os he desterrado.
En aquellos d as, la casa de Judá irá con la casa de Israel, y vendrán juntas del pa s del norte al pa s que di en herencia a vuestros padres.
No temas, siervo m o, Jacob - oráculo de Yahveh -, no tengas miedo, Israel, pues voy a salvarte del pa s lejano, y a tu estirpe del pa s de su cautiverio. Volverá Jacob y reposará, descansará sin que nadie le moleste.
As dice Yahveh: mirad: voy a cambiar la suerte de las tiendas de Jacob, y de sus moradas voy a compadecerme. Se reedificará la ciudad sobre su escombrera, y el palacio en su justo lugar se asentará.
As dice Yahveh: 'Reprime tu llanto, seca las lágrimas de tus ojos, porque hay recompensa a tu pena - oráculo de Yahveh -: volverán del pa s enemigo.
As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Todav a se volverá a decir en el pa s de Judá y en sus ciudades, cuando cambie su suerte: '¡Que Yahveh te bendiga, morada de justicia, monta a santa!'.
Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá con simiente de hombres y con simiente de animales.
Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que sellaré con la casa de Israel y con la casa de Judá una nueva alianza.
Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que se reedificará la ciudad para Yahveh desde la torre de Jananel hasta la Puerta del Ángulo.
Mirad: voy a reunirlos de todos los pa ses adonde los expulsé a causa de mi ira, mi furor y mi gran encono, y los haré volver a este lugar, para que vivan en él tranquilos.
Se comprarán campos con dinero, se escribirán contratos y se sellarán y se requerirán testigos en el territorio de Benjam n y en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, en las ciudades de la monta a, en las ciudades de la llanura y en las ciudades del Negueb, pues cambiaré su suerte - oráculo de Yahveh -.
tanto más cierto es que no rechazaré la descendencia de Jacob y de mi siervo David, ni dejaré de tomar de entre sus descendientes gobernantes para la estirpe de Abrahán, de Isaac y de Jacob, pues voy a cambiar su suerte y tendré compasión de ellos'.
Jerem as hab a escrito en un libro toda la desgracia que vendr a sobre Babilonia, todas estas palabras que quedan escritas acerca de Babilonia.
Sabréis que yo soy Yahveh cuando os lleve a la tierra de Israel, al pa s que con la mano en alto juré dar a vuestros padres.
Las sacaré de los pueblos, las reuniré de los pa ses, las traeré a su tierra y las apacentaré en los montes de Israel, en los valles y en todas las praderas del pa s.
Porque os voy a recoger de entre las naciones y a reuniros de todos los pa ses, para llevaros a vuestra tierra.'
Recibiréis en posesión cada uno en igual proporción que su hermano, porque juré con la mano en alto darlo a vuestros padres. Por eso este pa s os tocará en concepto de herencia'.
Después de esto, derramaré mi esp ritu sobre toda carne: profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, sue os so arán vuestros ancianos, visiones verán vuestros jóvenes.
La costa será para el resto de la casa de Judá: all pacerán sus ganados. En las casas de Ascalón descansarán por la tarde, porque Yahveh, su Dios, los visitará y cambiará su suerte.
Entonces os guiaré, después de haberos reunido. Os daré gloria y renombre entre todos los pueblos de la tierra, cuando cambie vuestra suerte ante vuestros ojos - dice Yahveh -.
Luego dijo a los disc pulos: 'Tiempo llegará en que desearéis ver siquiera uno de los d as del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Porque d as llegarán sobre ti, en que tus enemigos te cercarán de empalizadas, te sitiarán y te oprimirán por todas partes;
'De todo esto que estáis viendo, llegarán d as en que no quedará piedra sobre piedra: todo será demolido'.
entonces Yahveh, tu Dios, cambiará tu destino, tendrá misericordia de ti y te reunirá nuevamente de en medio de todos los pueblos entre los que te dispersó.
Yahveh, tu Dios, volverá a traerte al pa s que poseyeron tus padres y tú lo poseerás; te favorecerá y te multiplicará más que a tus padres.
Pero Dios los reprende cuando dice: Mirad que llegarán d as - dice el Se or - en que llevaré a cabo una nueva alianza con la casa de Israel y la casa de Judá.