Jeremías 3:4 - Biblia Castilian 2003 ¿No acabas de implorarme ahora mismo: ¡Padre m o! El amigo de mi juventud eres tú? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 A lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud? Biblia Nueva Traducción Viviente Aun así me dices: “Padre, tú has sido mi guía desde mi juventud. Biblia Católica (Latinoamericana) Mas aún me llamabas: 'Padre mío, tú, el amigo de mi juventud, ¿tendrás rencor para siempre? ¿Durará eternamente tu cólera?' La Biblia Textual 3a Edicion Ahora mismo me dices: Tú eres mi Padre, mi amigo de juventud; Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿No acabas de implorarme ahora mismo: ¡Padre mío! El amigo de mi juventud eres tú? Biblia Reina Valera Gómez (2023) A lo menos desde ahora, ¿no clamarás a mí: Padre mío, guiador de mi juventud? |
parad vuestra atención en sus murallas, recorred sus castillos, para poder contar a las generaciones venideras
Desde mi juventud tú, Dios, me instruyes, hasta ahora que refiero tus portentos.
para procurar a los ingenuos prudencia, a los jóvenes ciencia y discreción.
Ve y grita a los o dos de Jerusalén lo siguiente: As dice Yahveh: Recuerdo de ti el cari o de tu juventud, el amor de tu noviazgo, cuando ibas tras de m por el desierto, por una tierra no sembrada.
que dicen al le o: 'Mi padre eres tú', y a la piedra: 'Tú me has dado a luz', mientras a m me dan la espalda y no la cara. Pero cuando las cosas se tuercen dicen: '¡Levántate y sálvanos!'.
Yo hab a pensado: Te pondré entre los hijos y te daré un pa s delicioso, la herencia más preciosa de las naciones. Y me dec a: me llamarás 'Padre m o', y de mi seguimiento no te apartarás.
¿Hasta cuándo andarás errando, hija rebelde? Pues Yahveh crea una novedad en la tierra: la mujer ronda al varón.
Vienen con llanto y los gu o con alivio; los llevo a torrentes de agua, por camino recto, donde no tropiecen, porque soy para Israel un padre y Efra n es mi primogénito'.
La castigaré por los d as de los baales, cuando ella les quemaba incienso, y, adornada con sus zarcillos y collares, caminaba detrás de sus amantes y me olvidaba a m - oráculo de Yahveh.
El hijo honra a su padre, y el siervo a su se or. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy se or, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros dec s: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.
Vosotros preguntáis: '¿Por qué?'. Porque Yahveh es testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la cual has traicionado, a pesar de ser tu compa era y la mujer de tu alianza.