Pues cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá; y cuantas son las calles de Jerusalén, tantos son los altares que habéis erigido a la vergüenza, altares para incensar a Baal.
Jeremías 3:24 - Biblia Castilian 2003 La vergüenza devoró el fruto del trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud, sus reba os y sus vacadas, sus hijos y sus hijas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Confusión consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas. Biblia Nueva Traducción Viviente Desde la niñez hemos visto cómo todo aquello por lo que trabajaron nuestros antepasados —sus ganados y rebaños, sus hijos e hijas— se despilfarraba en una falsa ilusión. Biblia Católica (Latinoamericana) El dios infame se comió el fruto del trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud, sus ovejas y sus vacas, sus hijos e hijas. La Biblia Textual 3a Edicion Aquella cosa vergonzosa° devoró el fruto del esfuerzo° de nuestros padres desde nuestra juventud: Sus ovejas y sus vacas, sus hijos y sus hijas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La vergüenza devoró el fruto del trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud, sus rebaños y sus vacadas, sus hijos y sus hijas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vergüenza consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas. |
Pues cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá; y cuantas son las calles de Jerusalén, tantos son los altares que habéis erigido a la vergüenza, altares para incensar a Baal.
Te hablé cuando viv as tranquila. Dijiste: 'No quiero o r'. Éste es tu proceder desde tu juventud: nunca has escuchado mi voz.
Ahora, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: '¿Por qué os hacéis tan grave da o a vosotros mismos, exterminando de en medio de Judá a hombres y mujeres, a ni os y lactantes, de forma que no os quede ni un resto,
Desde Dan se oye el resoplar de sus caballos; al estridor de los relinchos de sus corceles retiembla toda la tierra; vienen a devorar el pa s y cuanto contiene, la ciudad y los que la habitan.
¡S ! ¡Escuchad! De Sión se oye un lamento: ¡Ay! Cómo estamos oprimidos, se nos cae la cara de vergüenza; pues hemos tenido que abandonar el pa s, porque han derribado nuestras moradas.
El pan que yo te hab a dado, la flor de harina, el aceite y la miel con que yo te alimentaba, los pusiste delante de ellos como calmante aroma. As fue - oráculo del Se or Yahveh.
Tomaste incluso a tus hijos y a tus hijas, los que hab as engendrado para m, y se los sacrificaste para que los devoraran. ¿No eran bastantes tus prostituciones,
Recordarás entonces tu conducta y sentirás vergüenza, cuando recibas a tus hermanas mayores junto con las peque as, pues te las daré por hijas, pero no en virtud de la alianza contigo.
para que te acuerdes y te avergüences y ni siquiera te atrevas a hablar a causa de tu confusión, cuando yo te perdone todo lo que has hecho' - oráculo del Se or Yahveh.'
También él será llevado a Asiria como tributo para el rey de Yareb. Efra n se cubrirá de ignominia, vergüenza por su desvar o sentirá Israel.
Por eso, aqu estoy yo para cerrar su camino con espinos; la cercaré con setos, para que no encuentre sus senderos.
Como uvas en el desierto encontré a Israel; como breva en higuera vi a vuestros padres. Llegaron a Baal Peor y a la infamia se entregaron; se hicieron abominables como las cosas que amaron.