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Jeremías 26:6 - Biblia Castilian 2003

entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

entonces destruiré este templo así como destruí a Silo, el lugar donde estaba el tabernáculo. Y haré que Jerusalén se convierta en objeto de maldición en cada nación de la tierra’”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

trataré a este templo como traté al santuario de Silo, y pondré a Jerusalén como ejemplo; todas las naciones de la tierra reconocerán que yo la maldije.

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La Biblia Textual 3a Edicion

reduciré esta Casa como Silo, y esta ciudad será objeto de maldición para todas las naciones de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

yo pondré esta casa como Silo, y a esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 26:6
20 Referans Kwoze  

'Por haberse conmovido tu corazón y por haberte humillado tú ante Yahveh al o r lo que he pronunciado contra este lugar y sus habitantes, que se han de convertir en objeto de desolación y maldición, y por haber rasgado tus vestiduras y llorado en mi presencia, yo también te he escuchado. ¡Oráculo de Yahveh!


Por eso execré a los jefes del santuario, entregué a Jacob al exterminio y a Israel a los ultrajes.


Dejaréis vuestro nombre para imprecación de mis elegidos: '¡Que te mate el Se or Yahveh!'. Pero a mis siervos se les llamará con otro nombre.


Los haré horror y desgracia para todos los reinos de la tierra; oprobio, proverbio, escarnio y maldición en todos los lugares adonde los habré expulsado,


a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus pr ncipes, para hacer de ellos una ruina, una desolación, una rechifla y una maldición, como sucede hoy;


Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en terror para todos los reinos de la tierra, en maldición, horror, rechifla y oprobio en todas las naciones adonde los habré expulsado,


y de ellos se tomará - y usarán los desterrados de Judá que están en Babilonia - esta maldición: ¡Que Yahveh te haga como a Sedec as y como a Ajab, a quienes tostó al fuego el rey de Babilonia!,


Porque as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: como se volcó mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, as se volcará mi furor sobre vosotros cuando entréis en Egipto: seréis execración y horror, maldición y oprobio, y no veréis más este lugar.


Yahveh no pod a soportar más ante la maldad de vuestras obras, ante las abominaciones que comet ais, y por eso, vuestro pa s se ha convertido en desierto, horror y maldición, sin que haya un solo habitante, como sucede hoy.


Contra ti batieron palmas Sámek cuantos pasaban por el camino; silbaron y movieron la cabeza contra la hija de Jerusalén: '¿Es ésta la ciudad que llamaban primor de hermosura, delicia de toda la tierra?'.


Abrieron su boca contra ti Pe todos tus enemigos; silbaron e hicieron rechinar los dientes, diciendo: 'La hemos destruido. ¡Éste es el d a que esperábamos, lo hemos logrado, lo hemos visto!'.


Todo Israel transgredió la ley y se desvió, sin querer escuchar tu voz. Por eso cayeron sobre nosotros las maldiciones y las imprecaciones escritas en la ley de Moisés siervo de Dios, porque pecamos contra Él.


Me dijo: 'Ésta es la maldición que se extiende sobre la superficie de todo el pa s. Porque, de aqu en adelante, y en virtud de ella, todo ladrón será quitado de en medio y, de aqu en adelante, y en virtud de ella, todo perjuro será quitado de en medio'.


La comunidad entera de los israelitas se congregó en Siló, y all asentaron la tienda del encuentro. El pa s se les hab a sometido.