Incluso hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la adivinación y la hechicer a y se entregaron a hacer lo que es malo a los ojos de Yahveh, con lo que provocaron su cólera.
Jeremías 25:7 - Biblia Castilian 2003 Pero no me habéis escuchado - oráculo de Yahveh -, de modo que me habéis ofendido con las obras de vuestras manos para desgracia vuestra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme a ira con la obra de vuestras manos para mal vuestro. Biblia Nueva Traducción Viviente »Pero ustedes no querían escucharme —dice el Señor—. Me pusieron furioso al rendir culto a ídolos hechos con sus propias manos y trajeron sobre ustedes todos los desastres que ahora sufren. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ustedes se negaron a oírme, dice Yavé; más aún, me han hecho enojar con esas obras, para su propia desgracia. La Biblia Textual 3a Edicion No me escuchasteis, dice YHVH, y me habéis provocado a ira con la obra de vuestras manos para vuestro propio mal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero no me habéis escuchado -oráculo de Yahveh-, de modo que me habéis ofendido con las obras de vuestras manos para desgracia vuestra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme a ira con la obra de vuestras manos para vuestro propio mal. |
Incluso hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la adivinación y la hechicer a y se entregaron a hacer lo que es malo a los ojos de Yahveh, con lo que provocaron su cólera.
porque hicieron lo que es malo a mis ojos y as provocaron mi enojo desde el d a en que sus padres salieron de Egipto hasta hoy'.
Les envió profetas para convertirlos a Yahveh, que dieron testimonio contra ellos, pero no les prestaron o dos.
Pero se rebelaron, se volvieron contra ti, echaron tu ley a sus espaldas, mataron a tus profetas, porque los exhortaban a convertirse a ti; grandes desprecios te hicieron.
Mas quien peca contra m, a s mismo se da a; todos los que me odian, aman la muerte.
'As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus vidas toda la desgracia que he anunciado contra ella, porque han endurecido su cerviz y no han escuchado mis palabras'.
Te hablé cuando viv as tranquila. Dijiste: 'No quiero o r'. Éste es tu proceder desde tu juventud: nunca has escuchado mi voz.
Por eso, as dice Yahveh Sebaot: 'Puesto que no habéis escuchado mis palabras,
porque no escucharon mis palabras - oráculo de Yahveh; porque, a pesar de que les envié a su tiempo y sin cesar a mis siervos, los profetas, no habéis escuchado - oráculo de Yahveh -.
Ahora, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: '¿Por qué os hacéis tan grave da o a vosotros mismos, exterminando de en medio de Judá a hombres y mujeres, a ni os y lactantes, de forma que no os quede ni un resto,
al ofenderme con las obras de vuestras manos, por incensar a otros dioses en el pa s de Egipto, adonde habéis venido a residir, resultando as que os extermináis y os convert s en una maldición y un oprobio en todas las naciones de la tierra?
No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas anunciaron: 'As dice Yahveh Sebaot: convert os de vuestros malos caminos y de vuestras males acciones'. Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso - oráculo de Yahveh -.
Provocaron mis celos con lo que no es Dios, me irritaron con sus dolos vanos. Mas yo provocaré sus celos con lo que ni siquiera es pueblo, los irritaré con una nación vana.