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Jeremías 24:9 - Biblia Castilian 2003

Los haré horror y desgracia para todos los reinos de la tierra; oprobio, proverbio, escarnio y maldición en todos los lugares adonde los habré expulsado,

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares adonde yo los arroje.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los haré objeto de horror y un símbolo de maldad para todas las naciones de la tierra. En todos los lugares donde yo los disperse, serán objetos de desprecio y de burla. Los maldecirán y se mofarán de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Serán motivo de espanto y de vergüenza para todos los reinos de la tierra; se reirán y se burlarán de ellos, serán como un ejemplo de maldición en todos los países adonde los echaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los convertiré en espanto, en mal para todos los reinos de la tierra, oprobio y mal ejemplo, insulto y maldición, en todos los lugares adonde los arrojaré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los haré horror y desgracia para todos los reinos de la tierra; oprobio, proverbio, escarnio y maldición en todos los lugares adonde los habré expulsado,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los entregaré para ser llevados a todos los reinos de la tierra para su mal; para ser oprobio y refrán, para burla y maldición en todos los lugares adonde yo los arrojaré.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 24:9
29 Referans Kwoze  

yo extirparé a Israel de la haz de la tierra que les di y arrojaré de mi presencia el templo que he consagrado a mi nombre, e Israel vendrá a ser proverbio e irrisión entre todos los pueblos.


yo os extirparé de mi tierra, la que os he dado; y arrojaré de mi presencia este templo que he consagrado a mi nombre y lo pondré como ejemplo y escarnio entre todos los pueblos.


Si me aflijo con ayunos, se me torna en vilipendio;


Por eso execré a los jefes del santuario, entregué a Jacob al exterminio y a Israel a los ultrajes.


Dejaréis vuestro nombre para imprecación de mis elegidos: '¡Que te mate el Se or Yahveh!'. Pero a mis siervos se les llamará con otro nombre.


Los haré el horror de todos los reinos de la tierra, por causa de Manasés, hijo de Ezequ as, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.


Haré de esta ciudad un horror y una rechifla: todo el que pase por ella quedará horrorizado y rechiflará a causa de todas sus heridas.


a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus pr ncipes, para hacer de ellos una ruina, una desolación, una rechifla y una maldición, como sucede hoy;


entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.


Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en terror para todos los reinos de la tierra, en maldición, horror, rechifla y oprobio en todas las naciones adonde los habré expulsado,


y de ellos se tomará - y usarán los desterrados de Judá que están en Babilonia - esta maldición: ¡Que Yahveh te haga como a Sedec as y como a Ajab, a quienes tostó al fuego el rey de Babilonia!,


Por eso, as dice Yahveh: 'Vosotros no me habéis escuchado, al proclamar cada uno la manumisión de su hermano y de su prójimo. Pues mirad: yo voy a proclamar contra vosotros la manumisión - oráculo de Yahveh - para la espada, la peste y el hambre, convirtiéndoos en el terror de todos los reinos de la tierra.


Porque as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: como se volcó mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, as se volcará mi furor sobre vosotros cuando entréis en Egipto: seréis execración y horror, maldición y oprobio, y no veréis más este lugar.


Voy a quitar de en medio al resto de Judá, a aquellos que decidieron entrar en el pa s de Egipto y residir en él. Perecerán todos; caerán en el pa s de Egipto; desde el más peque o hasta el más grande serán consumidos por la espada y por el hambre; morirán a espada y de hambre, y se convertirán en execración, horror, maldición y oprobio.


Castigaré a los que residen en el pa s de Egipto como castigué a Jerusalén con la espada, con el hambre y con la peste,


Yahveh no pod a soportar más ante la maldad de vuestras obras, ante las abominaciones que comet ais, y por eso, vuestro pa s se ha convertido en desierto, horror y maldición, sin que haya un solo habitante, como sucede hoy.


Porque as dice el Se or Yahveh: 'Traeré contra ellas a una multitud y las entregaré al terror y al pillaje.


Di a los amonitas: o d la palabra del Se or Yahveh. As dice el Se or Yahveh: por haber dicho '¡Qué bien!', cuando mi santuario era profanado, el pa s de Israel era devastado y la casa de Judá iba al destierro,


'Hijo de hombre, por haber dicho Tiro de Jerusalén: '¡Qué bien! ya está rota la puerta de los pueblos; ya ha vuelto a mi poder. ¡Voy a llenarme! ¡Ya queda devastada!'.


por eso, as dice el Se or Yahveh: aqu estoy también yo mismo contra ti, para hacer justicia en ti ante los ojos de las naciones.


Yahveh hará que seas derrotado ante tus enemigos; por un camino irás contra ellos y por siete huirás de ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.


y causarás asombro, irrisión y mofa en todos los pueblos a los que Yahveh te llevará.