Tú nos has desechado, Se or, nos has abierto brechas: tú te hab as airado, restáuranos de nuevo.
Jeremías 23:9 - Biblia Castilian 2003 Sobre los profetas. Se me rompe el corazón dentro de m, tiemblan todos mis huesos; estoy como un hombre borracho, como uno a quien rindió el vino, por causa de Yahveh y de sus santas palabras: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de sus santas palabras. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi corazón está destrozado debido a los falsos profetas, y me tiemblan los huesos. Me tambaleo como un borracho, como alguien dominado por el vino, debido a las santas palabras que el Señor ha pronunciado contra ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Para los profetas.
Se me parte el corazón en mi pecho,
tiemblo de pies a cabeza;
quedo como un borracho
que ha volteado el vino,
al ver a Yavé y oír sus santas palabras:' La Biblia Textual 3a Edicion A los profetas: Mi corazón está quebrantado dentro de mí, Y todos mis huesos se estremecen. He venido a ser como un ebrio, Como un hombre vencido por el vino, A causa de YHVH, Y a causa de sus santas palabras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sobre los profetas. Se me rompe el corazón dentro de mí, tiemblan todos mis huesos; estoy como un hombre borracho, como uno a quien rindió el vino, por causa de Yahveh y de sus santas palabras: Biblia Reina Valera Gómez (2023) A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí; todos mis huesos tiemblan; estoy como un hombre borracho, y como un hombre a quien dominó el vino, por causa de Jehová y por las palabras de su santidad. |
Tú nos has desechado, Se or, nos has abierto brechas: tú te hab as airado, restáuranos de nuevo.
Tú conoces mi oprobio, mi vejación y mis afrentas, todos mis perseguidores están ante tu vista.
¡Ay de la orgullosa corona de los ebrios de Efra n, y de la flor marchita de su espléndido atav o, que está en la cima del valle ubérrimo de los derribados por el vino!
Espantaos y quedad espantados, ofuscaos y quedad ofuscados, embriagaos y no de vino, tambaleaos y no de licor;
Yo dije: '¡Ay de m ! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!'.
Pensé: 'No me acordaré más de él, no hablaré más en su nombre'. Pero hab a en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos; me esforzaba en contenerlo, pero no pod a.
Cuando oyeron todas las palabras, se miraron unos a otros asustados y dijeron a Baruc: 'Daremos cuenta exacta al rey de todas estas cosas'.
los profetas profetizan con mentira, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y mi pueblo as lo quiere. Pero ¿qué haréis cuando llegue el fin?
¡Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes! Abandonar a a mi pueblo, me marchar a de su lado, pues todos son adúlteros, una banda de traidores.
'As dice el Se or Yahveh: ¡ay de los profetas insensatos que siguen su propia inspiración, sin haber visto nada!'.
Y Yahveh le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y traza una cruz en las frentes de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que en ella se cometen'.
a los viejos, a los chicos y chicas, a los ni os y mujeres, matadlos, acabad con ellos, pero no toquéis a ninguno de los marcados con la cruz. Comenzad por mi santuario'. Comenzaron, pues, por los ancianos que estaban delante del templo.
Yo, Daniel, ca desfallecido y estuve enfermo varios d as. Después me levanté y despaché los asuntos del rey. La visión me hab a aturdido y no acaba de entenderla.
Lo he o do y se estremecen mis entra as, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el d a de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.
Hubo un tiempo en que yo viv a sin ley; pero, en llegando el mandamiento, revivió el pecado,