Tu gloria es irrumpir y cabalgar en pro de la verdad y del derecho conculcado; tus adornos, las haza as de tu diestra.
Jeremías 23:6 - Biblia Castilian 2003 En sus d as se salvará Judá, e Israel morará seguro. Éste es el nombre con que lo llamarán: 'Yahveh, nuestra justicia'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. Biblia Nueva Traducción Viviente Y su nombre será: “El Señor es nuestra justicia”. En ese día Judá estará a salvo, e Israel vivirá seguro. Biblia Católica (Latinoamericana) El gobernará este país según la justicia y el derecho. En aquel tiempo Judá gozará de paz, e Israel permanecerá seguro. Y éste es el nombre que le darán: Yavé-nuestra-justicia. La Biblia Textual 3a Edicion En sus días será salvo Judá, E Israel habitará confiado, Y se apellidará con este nombre: YHVH Sidkenu.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 En sus días se salvará Judá, e Israel morará seguro. Éste es el nombre con que lo llamarán: 'Yahveh, nuestra justicia'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En sus días será salvo Judá, e Israel habitará seguro; y este es su nombre por el cual será llamado: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA. |
Tu gloria es irrumpir y cabalgar en pro de la verdad y del derecho conculcado; tus adornos, las haza as de tu diestra.
Sólo se salvó del granizo la tierra de Gosen, donde resid an los israelitas.
Él juzgará las naciones y será el árbitro de pueblos numerosos. De sus espadas forjarán azadones y hoces de sus lanzas. No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más en la guerra.
Habitará mi pueblo en mansión pac fica en moradas seguras, en residencias tranquilas.
Porque Yahveh es nuestro juez, Yahveh nuestro legislador, Yahveh nuestro rey, él nos salvará.
Excelso es Yahveh, que mora en lo alto; colma a Sión de equidad y de justicia.
No habrá all leones, no se encontrarán bestias feroces. Los redimidos la recorrerán,
Yo, Yahveh, te llamé en justicia, te tomo de la mano, te formo y te destino para alianza del pueblo, para luz de las naciones,
Israel es salvado por Yahveh con salvación eterna. No seréis avergonzados ni abochornados por los siglos de los siglos.
Mas ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, y toda lengua que se alce contra ti en juicio la declararás culpable. Ésta es la herencia de los siervos de Yahveh, y las victorias que les concedo - dice Yahveh -.
Pues bien, el Se or mismo os dará una se al: mirad: la doncella está encinta, va a dar a luz un hijo, y le pondrá el nombre de Emmanuel.
Para aumento del principado y para una paz sin fin, sobre el trono de David se sentará y sobre su reino, para consolidarlo y apoyarlo en derecho y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahveh Sebaot lo hará.
Porque yo sé los planes que tengo trazados acerca de vosotros - oráculo de Yahveh -, planes de bienestar y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza.
No temas, siervo m o, Jacob - oráculo de Yahveh -, no tengas miedo, Israel, pues voy a salvarte del pa s lejano, y a tu estirpe del pa s de su cautiverio. Volverá Jacob y reposará, descansará sin que nadie le moleste.
As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Todav a se volverá a decir en el pa s de Judá y en sus ciudades, cuando cambie su suerte: '¡Que Yahveh te bendiga, morada de justicia, monta a santa!'.
Mirad: voy a reunirlos de todos los pa ses adonde los expulsé a causa de mi ira, mi furor y mi gran encono, y los haré volver a este lugar, para que vivan en él tranquilos.
En aquellos d as y en aquel tiempo suscitara David un germen justo que practicará el derecho y la justicia en el pa s.
En aquellos d as se salvará Judá, y Jerusalén morará segura. Y éste es el nombre con que se la llamará: 'Yahveh, nuestra justicia'.
En su mano derecha está el oráculo: '¡A Jerusalén!', para abrir la boca para la matanza, lanzar el grito de guerra, poner arietes contra las puertas, levantar un terraplén y construir un baluarte.
Residirán all seguros, construirán casas, plantarán vi as y vivirán tranquilos. Cuando haga justicia a todos los vecinos que la desprecian, sabrán que yo soy Yahveh, su Dios'.
'Profetiza, pues, hijo de hombre y di a Gog: 'As dice el Se or Yahveh: ¿no es verdad que aquel d a, cuando mi pueblo Israel viva tranquilo, te pondrás en camino?'
Per metro: dieciocho mil codos. Desde aquel d a, el nombre de la ciudad será 'Yahveh está all '.'
Setenta semanas están decretadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin a la transgresión, para sellar el pecado, para expiar la iniquidad, para traer la eterna justicia, para sellar la visión y al profeta, para ungir al santo de los santos.
A ti, Se or, la justicia; a nosotros, la vergüenza en el rostro, como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los pa ses adonde los arrojaste por las infidelidades que cometieron contra ti.
Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré, porque yo soy Yahveh, su Dios. No los salvaré con arco, espada y lanza, ni con caballos y carros de guerra'.
En aquel d a - oráculo de Yahveh - me llamará: 'Esposo m o', y no me llamará más: 'Baal m o'.
Pero en el monte Sión quedará un resto, que será santo. La casa de Jacob expoliará a sus expoliadores.
Y subirán victoriosos al monte Sión para juzgar a la monta a de Esaú. ¡El reino será de Yahveh!
El resto de Israel no cometerá ya iniquidad, ni dirá mentiras, ni tendrá en su boca una lengua mendaz. Se apacentarán y descansarán, sin que nadie los inquiete.
Yo haré fuerte la casa de Judá, salvaré la casa de José; los volveré a casa, porque me apiado de ellos, como si nunca los hubiera rechazado, pues yo soy Yahveh, su Dios, y los escucho.
En aquel d a - oráculo de Yahveh Sebaot - os invitaréis unos a otros bajo la parra y bajo la higuera'.
justicia de Dios que, por medio de la fe en Jesucristo, llega a todos los que creen - sin ninguna diferencia,
De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabidur a, como también justicia, santificación y redención.
Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que en él llegáramos nosotros a ser justicia de Dios.
y ser hallado en él, no por retener una justicia m a - la que proviene de la ley -, sino la justicia por la fe en Cristo, la que proviene de Dios y está basada en la fe,