Pero en los profetas de Jerusalén observé algo monstruoso: cometer adulterio y proceder con mentira, fortalecer las manos de los malvados, sin que nadie se convierta de su maldad. Para m, todos ellos son como Sodoma, y sus habitantes, como Gomorra.
Jeremías 23:22 - Biblia Castilian 2003 Si hubieran asistido a mi consejo, habr an anunciado mis palabras a mi pueblo; lo habr an convertido de su mala conducta y de la maldad de sus acciones. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. Biblia Nueva Traducción Viviente Si hubieran estado en mi presencia y me hubieran escuchado, habrían hablado mis palabras y habrían hecho que mi pueblo se apartara de sus malos caminos y sus malas acciones. Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Acaso asistieron a alguna reunión conmigo? ¡Entonces, que transmitan mis palabras a mi pueblo, que lo hagan volverse de su mal camino y de sus obras perversas! La Biblia Textual 3a Edicion De haber estado en mi consejo, Habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, Y los habrían apartado de su mal camino, Y de la maldad de sus acciones. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si hubieran asistido a mi consejo, habrían anunciado mis palabras a mi pueblo; lo habrían convertido de su mala conducta y de la maldad de sus acciones. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si ellos hubieran estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo; y lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras. |
Pero en los profetas de Jerusalén observé algo monstruoso: cometer adulterio y proceder con mentira, fortalecer las manos de los malvados, sin que nadie se convierta de su maldad. Para m, todos ellos son como Sodoma, y sus habitantes, como Gomorra.
Pero ¿quién asistió al consejo de Yahveh? ¿Quién vio y oyó su palabra? ¿Quién atendió a su palabra y la escuchó?
Os dec a: arrepent os cada uno de vuestra mala conducta y de la maldad de vuestras obras, y as podréis habitar en el pa s que Yahveh os dio a vosotros y a vuestros padres desde siempre y para siempre.
pues os he enviado a su tiempo y sin cesar a todos mis siervos, los profetas, diciendo: 'Convert os cada uno de vuestra mala conducta y enmendad vuestras obras, no vayáis tras otros dioses para servirlos, y as permaneceréis en el pa s que os di a vosotros y a vuestros padres', pero no habéis prestado o do ni me habéis escuchado.
A ver si la casa de Israel atiende a todas las desgracias que proyecto hacerles, de tal manera que se convierta cada uno de su mala conducta y as les perdone su culpa y su pecado'.
Yahveh respondió: porque abandonaron mi ley, la que yo puse delante de ellos, no oyeron mi voz ni caminaron de acuerdo con ella,
Puesto que desanimáis el corazón del justo con enga os cuando yo no le contristo, y vigorizáis las manos del malvado, de modo que no se convierta de su mala conducta para que viva,
No habéis subido a las brechas ni habéis amurallado con un muro la casa de Israel para que resista en la batalla el d a de Yahveh.
'Por lo tanto, os juzgaré a cada uno de vosotros, casa de Israel, según vuestro proceder - oráculo del Se or Yahveh. Convert os y apartaos de todas vuestras transgresiones, de modo que no sean para vosotros ocasión de pecado.
Les dirás mis palabras te escuchen o no te escuchen, pues son una raza rebelde'.
'Hijo de hombre, te hago centinela de la casa de Israel, para que, cuando oigas de mi boca una palabra, les avises de mi parte.
No; no suele hacer el Se or Yahveh cosa alguna sin revelar sus designios a sus siervos los profetas.
No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas anunciaron: 'As dice Yahveh Sebaot: convert os de vuestros malos caminos y de vuestras males acciones'. Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso - oráculo de Yahveh -.
Ense anza de verdad hab a en su boca y no hab a iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo y a muchos apartaba de la iniquidad.
porque ningún temor me impidió anunciaros todo el designio completo de Dios.
No durmamos pues, como los demás, sino permanezcamos vigilantes y sobrios.