Entonces Sedec as, hijo de Quenaaná, se acercó, le dio a Miqueas una bofetada en la mejilla y le dijo: '¿Por dónde se ha retirado de m el esp ritu de Yahveh para hablarte a ti?'.
Jeremías 23:18 - Biblia Castilian 2003 Pero ¿quién asistió al consejo de Yahveh? ¿Quién vio y oyó su palabra? ¿Quién atendió a su palabra y la escuchó? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? Biblia Nueva Traducción Viviente »¿Ha estado alguno de estos profetas en la presencia del Señor para escuchar lo que en realidad dice? ¿Acaso alguno de ellos se ha interesado lo suficiente como para escuchar? Biblia Católica (Latinoamericana) Pero, ¿quién de ellos ha asistido a una reunión con Yavé? ¿Quién ha visto y oído su palabra? ¿Quién se ha fijado en sus palabras para transmitirlas? La Biblia Textual 3a Edicion Pero, ¿cuál de ellos ha estado en el consejo de YHVH Para percibir y oír su palabra?, ¿Quién de ellos ha oído su palabra y la ha escuchado? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero ¿quién asistió al consejo de Yahveh? ¿Quién vio y oyó su palabra? ¿Quién atendió a su palabra y la escuchó? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? |
Entonces Sedec as, hijo de Quenaaná, se acercó, le dio a Miqueas una bofetada en la mejilla y le dijo: '¿Por dónde se ha retirado de m el esp ritu de Yahveh para hablarte a ti?'.
Entonces Sedec as, hijo de Quenaaná, se acercó, le dio a Miqueas una bofetada en la mejilla y le dijo: '¿Por dónde se ha retirado de m el esp ritu de Yahveh para hablarte a ti?'.
Los secretos del Se or se dan al que le teme, y, para instruirle, su alianza.
Si hubieran asistido a mi consejo, habr an anunciado mis palabras a mi pueblo; lo habr an convertido de su mala conducta y de la maldad de sus acciones.
No; no suele hacer el Se or Yahveh cosa alguna sin revelar sus designios a sus siervos los profetas.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe qué hace su se or; os he llamado amigos, porque todo lo que he o do de mi Padre os lo he dado a conocer.
Pues, ¿quién conoció la mente del Se or, de modo que pueda aconsejarle? Pero nuestra mentalidad es la de Cristo.