y le dijo: 'Juro por m mismo - oráculo de Yahveh - que por haber hecho tú esto, por no haberme negado tu hijo, tu único hijo,
Jeremías 22:5 - Biblia Castilian 2003 Pero si no escucháis estas palabras, juro por m mismo - oráculo de Yahveh - que esta casa vendrá a ser una ruina. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas si no oyereis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será desierta. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, si rehúsan prestar atención a esta advertencia, les juro por mi propio nombre, dice el Señor, que este palacio se convertirá en un montón de escombros’”». Biblia Católica (Latinoamericana) Pero si no escuchan estas palabras, les juro por mí mismo, Yavé es quien habla, este palacio será destruido. La Biblia Textual 3a Edicion Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice YHVH, que esta casa quedará desolada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si no escucháis estas palabras, juro por mí mismo -oráculo de Yahveh- que esta casa vendrá a ser una ruina. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si no observáis estas palabras, por mí he jurado, dice Jehová, que esta casa será una desolación. |
y le dijo: 'Juro por m mismo - oráculo de Yahveh - que por haber hecho tú esto, por no haberme negado tu hijo, tu único hijo,
Pero si vosotros os apartáis de m, no guardáis los preceptos y mandatos que os di, os vais a servir a dioses extra os y os postráis ante ellos,
Y respecto de este templo tan excelso, todo el que pase junto a él quedará estupefacto y se preguntará: '¿Por qué Yahveh ha tratado as a este pa s y a este templo?'.
Y responderán: 'Porque abandonaron a Yahveh, Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y se apegaron a otros dioses, se postraron ante ellos y los sirvieron. Por eso vino sobre ellos toda esta desventura''.
si rehusáis y os rebeláis, por la espada seréis devorados. - Ha hablado la boca de Yahveh -.
He abandonado mi casa, he rechazado mi heredad, he entregado el amor de mi alma en mano de sus enemigos.
Pero si no me escucháis, si no santificáis el d a del sábado dejando de transportar cargas y de pasarlas por las puertas de Jerusalén el d a del sábado, entonces en sus puertas encenderé fuego que devorará los palacios de Jerusalén y no se apagará'.
Diles, pues: 'As dice Yahveh: si no me escucháis, obrando según la ley que he puesto delante de vosotros,
Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las casas de la población y derribaron las murallas de Jerusalén.
Pero escuchad la palabra de Yahveh, jud os todos que habitáis en el pa s de Egipto: mirad: yo juro por mi gran nombre - dice Yahveh - que en todo el pa s de Egipto no será pronunciado más mi nombre por boca de hombre alguno de Judá, diciendo: '¡Por vida del Se or Yahveh!'.
El Se or Yahveh lo jura por s mismo - oráculo de Yahveh, Dios Sebaot -: 'Aborrezco el orgullo de Jacob, detesto sus palacios; entregaré la ciudad y cuanto hay en ella'.
Justamente por vuestra culpa, Sión será arada como un campo, Jerusalén reducida a un montón de ruinas y el monte del templo a un cerro de maleza.
Efectivamente, cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo otro mayor por quien jurar, juró por s mismo,
En este sentido, queriendo Dios demostrar hasta la saciedad a los herederos de la promesa que su decisión es irrevocable, interpuso como garant a un juramento,