Jeremías 22:28 - Biblia Castilian 2003 ¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jecon as, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un pa s que no conocen? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido? Biblia Nueva Traducción Viviente »¿Por qué es este hombre, Joaquín, como una vasija desechada y rota? ¿Por qué serán él y sus hijos exiliados al extranjero? Biblia Católica (Latinoamericana) Este tal Jeconías, ¿es, acaso, un trasto viejo e inservible que ya nadie quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su familia y echados a un país que no conocían? La Biblia Textual 3a Edicion Ese Conías, ¿es una vasija rota, despreciable, un trasto inútil? ¿Por qué lo expulsan con su estirpe, y lo echan a una tierra desconocida? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jeconías, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un país que no conocen? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Es este hombre Conías un ídolo vil quebrado? ¿Es vaso con quien nadie se deleita? ¿Por qué fueron arrojados, él y su generación, y echados a una tierra que no habían conocido? |
Treinta y dos a os ten a cuando fue proclamado rey, y reinó en Jerusalén ocho a os. Se fue sin que se le llorara. Y lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.
Para mis opresores soy ludibrio y un objeto de escarnio a mis vecinos; para mis conocidos un espanto: al verme por la calle me rehúyen.
Si salgo al campo, all están los muertos a espada; si entro en la ciudad, ah están los horrores del hambre. S, incluso profetas y sacerdotes vagan por el pa s sin comprender nada.
Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante m, se volver a mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan.
Pero vosotros habéis obrado peor que vuestros padres; pues he aqu que cada uno de vosotros sigue la obstinación de su corazón malvado, sin escucharme.
Tendrás que soltar tu mano de la herencia que te hab a dado, y te haré esclavo de tus enemigos en un pa s que no conoces; pues fuego se ha encendido en mi ira que arderá eternamente.
Yahveh me hizo ver dos cestas de higos colocadas delante del templo de Yahveh. Fue después de haber deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, a los pr ncipes de Judá, a los herreros y cerrajeros, y haberlos llevado de Jerusalén a Babilonia.
y que no tomó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando deportó de Jerusalén a Babilonia a Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusalén.
Sedec as, el hijo de Jos as a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, hab a proclamado rey en el pa s de Judá, sucedió en el trono a Jecon as, hijo de Joaqu n.
En todas las terrazas de Moab y en sus plazas, todo es lamentación, porque he destrozado a Moab como un vaso que no agrada - oráculo de Yahveh -.
Él prospera entre sus hermanos, pero vendrá el solano, el viento de Yahveh que se levanta del desierto, y secará su hontanar, agotará su manantial, saqueará sus tesoros, todos sus objetos preciosos.
Engullido ha sido Israel. Son ahora entre las naciones como una vasija que se tira.