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Jeremías 22:25 - Biblia Castilian 2003

Te entregaré en mano de quienes atentan contra tu vida y en mano de aquellos a quienes temes, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de los caldeos.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Te entregaré a los que buscan matarte —a los que tanto temes— al rey Nabucodonosor de Babilonia y al poderoso ejército babilónico.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Te entregaré a los caldeos, que te buscan y que te atemorizan ,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, en mano de aquellos que tú temes: en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Te entregaré en mano de quienes atentan contra tu vida y en mano de aquellos a quienes temes, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de los caldeos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuyo rostro temes; sí, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 22:25
8 Referans Kwoze  

A la vuelta del a o, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia, juntamente con objetos preciosos del templo de Yahveh, y nombró rey de Judá y Jerusalén a Sedec as, hermano de su padre.


Al malvado se le cumplen sus temores; los justos ven colmados sus deseos.


Después de esto - oráculo de Yahveh -, entregaré a Sedec as, rey de Judá, a sus servidores y a la gente que en esta ciudad haya sobrevivido a la peste, a la espada y al hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida. Él los pasará a filo de espada, sin compadecerse de ellos, sin apiadarse, sin tener misericordia'.


¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jecon as, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un pa s que no conocen?


Pues bien, ahora entrego todos estos pa ses en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia mi siervo, y hasta las bestias salvajes le entrego para que le sirvan.


Entonces el rey Sedec as hizo en secreto a Jerem as este juramento: '¡Por vida de Yahveh y por la vida que nos dio, que no te haré matar ni te entregaré en mano de esos hombres que atentan contra tu vida!'.