Entonces Jecon as, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, as él como su madre, sus servidores, sus jefes y sus eunucos. El rey de Babilonia lo hizo prisionero en el a o octavo de su reinado.
Jeremías 22:24 - Biblia Castilian 2003 Por mi vida - oráculo de Yahveh - que aunque Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, fuera anillo de sello en mi mano derecha, sin vacilar me lo arrancar a. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría. Biblia Nueva Traducción Viviente »Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, te abandonaré, Joaquín, hijo de Joacim, rey de Judá. Aunque fueras el anillo con mi sello oficial en mi mano derecha, te arrancaría. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Por mi vida, dice Yavé, aunque Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, fuese un anillo en mi mano derecha, lo arrancaría de allí! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Vivo Yo!, dice YHVH, que aunque Conías° ben Joacim, rey de Judá, fuera anillo de sellar en mi diestra, aun de allí te arrancaría. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por mi vida -oráculo de Yahveh- que aunque Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, fuera anillo de sello en mi mano derecha, sin vacilar me lo arrancaría. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vivo yo, dice Jehová, que si Conías, hijo de Joacim, rey de Judá, fuese el anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría. |
Entonces Jecon as, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, as él como su madre, sus servidores, sus jefes y sus eunucos. El rey de Babilonia lo hizo prisionero en el a o octavo de su reinado.
Llevó cautivo a Babilonia a Jecon as; también se llevó cautivos, de Jerusalén a Babilonia, a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus eunucos y a los personajes importantes del pa s.
Dieciocho a os ten a Jecon as cuando comenzó a reinar y reinó tres meses y diez d as en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh.
Ponme de sello sobre tu corazón, como sello en tu brazo, pues fuerte es el amor como la muerte, y fiera la pasión como el seol. Sus ardores son rayos de una hoguera, una llama divina.
Mira: en las palmas de mis manos te llevo grabada, tus murallas están siempre ante m.
Di al rey y a la reina madre: Sentaos más abajo, porque cayó de vuestra cabeza vuestra gloriosa corona.
¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jecon as, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un pa s que no conocen?
Pues as dice Yahveh acerca de la casa del rey de Judá: Un Galaad eres para m, una cumbre del L bano; pero haré de ti un desierto, como las ciudades no habitadas.
Yahveh me hizo ver dos cestas de higos colocadas delante del templo de Yahveh. Fue después de haber deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, a los pr ncipes de Judá, a los herreros y cerrajeros, y haberlos llevado de Jerusalén a Babilonia.
Y también haré que vuelvan a este lugar Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, y todos los deportados de Judá que fueron a Babilonia - oráculo de Yahveh -, pues voy a romper el yugo del rey de Babilonia'.
después de haber salido de Jerusalén el rey Jecon as, la reina madre, los eunucos, los pr ncipes de Judá y de Jerusalén, los herreros y los cerrajeros,
Sedec as, el hijo de Jos as a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, hab a proclamado rey en el pa s de Judá, sucedió en el trono a Jecon as, hijo de Joaqu n.
En aquel d a - oráculo de Yahveh Sebaot - te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo m o - oráculo de Yahveh -, y te haré mi anillo de sello, porque te he elegido' - oráculo de Yahveh Sebaot -.