Mira que vengo contra ti, la asentada sobre el valle, roca de la llanura - oráculo de Yahveh -. Vosotros dec s: '¿Quién vendrá sobre nosotros, y quién podrá entrar en nuestros refugios?'.
Jeremías 22:23 - Biblia Castilian 2003 Tú, que moras en el L bano y anidas en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te lleguen los dolores, los retorcimientos como de parturienta! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto! Biblia Nueva Traducción Viviente Puede que sea lindo vivir en un palacio magnífico, recubierto con madera de cedros del Líbano, pero pronto gemirás con punzadas de angustia, angustia como la de una mujer con dolores de parto. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú, que hiciste tu casa en el Líbano, que anidabas entre los cedros, ¡cómo te irás a quejar cuando sientas dolores y angustias como de una mujer que da a luz! La Biblia Textual 3a Edicion Oh moradora del Líbano, Que haces tu nido en los cedros, ¡Cuán lastimosa serás cuando te acometan las angustias, Los dolores como de parturienta! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú, que moras en el Líbano y anidas en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te lleguen los dolores, los retorcimientos como de parturienta! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh habitante del Líbano, que haces tu nido en los cedros: ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolores como de mujer que está de parto! |
Mira que vengo contra ti, la asentada sobre el valle, roca de la llanura - oráculo de Yahveh -. Vosotros dec s: '¿Quién vendrá sobre nosotros, y quién podrá entrar en nuestros refugios?'.
Pues as dice Yahveh acerca de la casa del rey de Judá: Un Galaad eres para m, una cumbre del L bano; pero haré de ti un desierto, como las ciudades no habitadas.
¡Escuchad! En las colinas se oye el llanto y plegarias de los hijos de Israel, porque erraron su camino, olvidaron a Yahveh, su Dios.
Dejad las ciudades, morad en las rocas, habitantes de Moab. Sed como la paloma que anida en las paredes de un barranco.
Te enga ó el horror que causabas, la soberbia de tu corazón, tú que habitas en las hendiduras de la roca y ocupas la cumbre del collado. Aunque eleves como el águila tu nido, de all te haré bajar - oráculo de Yahveh -.
Cuando o mos la noticia desfallecieron nuestras manos; la angustia se apoderó de nosotros, dolor como de parturienta.
Dirás: as dice el Se or Yahveh: El águila grande, de inmensas alas, de gran envergadura, de tupido plumaje abigarrado, llegó al L bano, cortó la copa del cedro,
Voy a volverme a mi lugar, hasta que exp en su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán ansiosamente.
No me invocan con su corazón, cuando gimen en sus lechos; por el trigo y el mosto se hacen incisiones, se rebelan contra m.
Aunque se hundan en el seol, de all los sacará mi mano; aunque suban al cielo, de all los haré bajar;
Aunque te remontes como el águila y pongas tu nido en las estrellas de all te derribaré - oráculo de Yahveh -.
¡Ay de quien acumula para su casa ganancia de sórdidos negocios, para poner su nido en la altura y esquivar el golpe del infortunio!
Vio luego a los quenitas y pronunció este oráculo: 'Estable es tu morada, y en la roca está puesto tu nido;