Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Jeremías 22:18 - Biblia Castilian 2003

Por eso, as dice Yahveh acerca de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá: ¡Ay de este hombre! No se lamentarán por él, diciendo: '¡Ay, hermano m o!', o: '¡Ay, hermana m a!'. No se lamentarán por él: '¡Ay, Se or!', o: '¡Ay su majestad!'.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza!

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Por lo tanto, esto dice el Señor acerca de Joacim, hijo del rey Josías: «El pueblo no llorará por él, lamentándose entre sí: “¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!”. Sus súbditos no llorarán por él, lamentando: “¡Ay, nuestro amo ha muerto! ¡Ay, su esplendor se ha ido!”.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Esta es la suerte que, por orden de Yavé, correrá Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá. Nadie dirá sollozando por él: '¡Ay de mi hermano, ay de mi hermana!' Nadie dirá sollozando por él: '¡Ay, Señor! ¡Ay, su Majestad!'

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Por tanto, así dice YHVH acerca de Joacim ben Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana! Ni lo plañirán: ¡Ay señor!, ¡Ay majestad!

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por eso, así dice Yahveh acerca de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: ¡Ay de este hombre! No se lamentarán por él, diciendo: '¡Ay, hermano mío!', o: '¡Ay, hermana mía!'. No se lamentarán por él: '¡Ay, Señor!', o: '¡Ay su majestad!'.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por tanto, así dice Jehová, acerca de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay hermano mío! o ¡Ay hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay señor! o ¡Ay su gloria!

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Jeremías 22:18
17 Referans Kwoze  

¡Qué angustia siento por ti, hermano m o, Jonatán! Tú eras para m sobremanera grato. Tu amistad fue para m más maravillosa que el amor de las mujeres.


Depositó el cadáver en su propio sepulcro e hicieron duelo por él, exclamando: '¡Ay, hermano m o!'.


Veinticinco a os ten a Joaqu n cuando comenzó a reinar, y reinó once a os en Jerusalén. Su madre se llamaba Zebida, hija de Pedayas, de Rumá.


Hizo sacar la aserá del templo de Yahveh a las afueras de Jerusalén, al torrente Cedrón y all la quemó; la redujo a cenizas y las arrojó en la fosa común de la plebe.


Descansó Joaqu n con sus padres y le sucedió en el trono su hijo Jecon as.


Hijos de Jos as: el primogénito fue Juan; el segundo, Joaqu n; el tercero, Sedec as; el cuarto, Salún.


Jerem as compuso una eleg a por Jos as; y todos los cantores y cantoras cantan todav a hoy sus eleg as por Jos as, de lo cual se ha hecho costumbre fija en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones.


Veinticinco a os ten a Joaqu n cuando comenzó a reinar, y reinó once a os en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, su Dios.


morirán de enfermedades angustiosas, no serán llorados ni enterrados, sino que servirán de estiércol sobre la superficie de la tierra. Perecerán a espada y de hambre y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las fieras de la tierra'.


de modo que morirán grandes y peque os en este pa s. No serán enterrados ni llorados, nadie se hará incisiones ni se rapará por ellos.


A la casa del rey de Judá: escuchad la palabra de Yahveh;


No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el pa s en que nació.


sino que en el lugar adonde lo han llevado cautivo, all morirá y ya no volverá a ver este pa s'.


morirás en paz. Y, como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes anteriores que te precedieron, as se quemarán por ti. Y entonarán por ti la lamentación: ¡Ay, Se or! Porque lo digo yo' - oráculo de Yahveh -.


Por eso, as dice Yahveh acerca de Joaqu n, rey de Judá: no tendrá descendiente que se siente en el trono de David; su cadáver quedará tirado al calor durante el d a y al fr o durante la noche.