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Jeremías 21:5 - Biblia Castilian 2003

Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y brazo fuerte, con ira, furor y sa a,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Pelearé contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte, con furor y enojo e ira grande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo mismo pelearé contra ti con mano fuerte y brazo poderoso porque estoy muy enojado. ¡Me has puesto furioso!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y yo mismo pelearé contra ustedes a mano limpia y con la camisa arremangada, con rabia, con ira y con gran indignación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y con brazo fuerte, lleno de ira, con ardiente indignación y con grande enojo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y brazo fuerte, con ira, furor y saña,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y pelearé contra vosotros con mano levantada y con brazo fuerte, y con furor, y enojo, e ira grande:

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Lòt tradiksyon



Jeremías 21:5
21 Referans Kwoze  

Dirás, pues, a los israelitas: 'Yo soy Yahveh; yo os sacaré de las cargas pesadas de Egipto, os libertaré de su servidumbre y os redimiré con brazo extendido y con castigos dur simos.


Si en un principio hubiera extendido mi mano y te hubiese herido con la peste, a ti y a tu pueblo, habr as desaparecido de la tierra.


¡Sólo queda doblarse entre los prisioneros y caer entre los degollados! Y ni aun as se calmó su ira, su mano está todav a extendida.


Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las monta as. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun as se calmó su ira, y su mano está todav a extendida.


Pero ellos se rebelaron, ofendieron su santo esp ritu y él se les cambió en enemigo y luchó contra ellos.


Pero el pueblo no se volvió a quien lo her a, no buscaron a Yahveh Sebaot.


Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.


'¡Ay, Se or Yahveh! Mira: tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido. Para ti nada hay imposible;


Mirad: voy a reunirlos de todos los pa ses adonde los expulsé a causa de mi ira, mi furor y mi gran encono, y los haré volver a este lugar, para que vivan en él tranquilos.


A ver si elevan sus plegarias a Yahveh, y se convierte cada uno de su mala conducta; porque es grande la ira y el furor que Yahveh ha predicho contra este pueblo'.


Pues aunque derrotarais a todo el ejército de los caldeos que luchan contra vosotros y sólo quedaran entre ellos hombres malheridos, se levantar an cada uno de su tienda y prender an fuego a esta ciudad.


Pasarán sus casas a otros, campos y mujeres a la vez; porque voy a extender mi mano contra los habitantes del pa s - oráculo de Yahveh -.


Cercenó, en su cólera ardiente, Gu mel toda la potencia de Israel; retiró de él su diestra ante el enemigo; encendió en Jacob un fuego cuyas llamas devoran cuanto hay alrededor.


Romperé el arco de tu mano izquierda y haré caer las flechas de tu mano derecha.


por eso, as dice el Se or Yahveh: aqu estoy también yo mismo contra ti, para hacer justicia en ti ante los ojos de las naciones.


Guardaos, pues, de olvidar la alianza que Yahveh, Dios vuestro, ha concluido con vosotros, y de fabricaros imagen alguna o representación de cuanto Yahveh, tu Dios, te ha prohibido.


¿Ha intentado jamás venir un dios a escoger para s un pueblo de en medio de otro a fuerza de pruebas, de se ales, de portentos y de guerra, con mano fuerte y brazo tenso y con grandes terrores, como es todo cuanto ha hecho con vosotros Yahveh, vuestro Dios, en Egipto, ante vuestros propios ojos?