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Jeremías 21:12 - Biblia Castilian 2003

Casa de David, as dice Yahveh: Juzgad cada ma ana las causas y librad al oprimido de la mano del opresor, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Casa de David, así dijo Jehová: Haced de mañana juicio, y librad al oprimido de mano del opresor, para que mi ira no salga como fuego, y se encienda y no haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Esto dice el Señor a la dinastía de David: »”¡Hagan justicia cada mañana al pueblo que ustedes juzgan! Ayuden a los que han sufrido robos; rescátenlos de sus opresores. De lo contrario, mi enojo arderá como fuego insaciable debido a todos sus pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

éstas son sus palabras: Hagan justicia correctamente, cada día, libren al oprimido de las manos de su opresor; de lo contrario mi cólera va a estallar como un incendio y no va a haber nadie para apagarlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Oh casa de David!, así dice YHVH: Id presto a administrar justicia, Librad al despojado de mano del opresor; No sea que mi indignación salga como un fuego, Y arda de modo que no haya quien la apague, A causa de la maldad de vuestros hechos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Casa de David, así dice Yahveh: Juzgad cada mañana las causas y librad al oprimido de la mano del opresor, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Casa de David, así dice Jehová: Haced de mañana juicio, y librad al oprimido de mano del opresor; para que mi ira no salga como fuego, y se encienda, y no haya quien apague, por la maldad de vuestras obras.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 21:12
46 Referans Kwoze  

Reinó David sobre todo Israel, practicando la equidad y la justicia con todo su pueblo.


Romp las mand bulas al malvado, de entre los dientes le arranqué la presa.


A todos los imp os del pa s raeré de ma ana, a fin de extirpar de la ciudad de Dios a cuantos hacen el mal.


Al d a siguiente, se sentó Moisés para juzgar al pueblo; y el pueblo permaneció de pie ante Moisés desde la ma ana hasta la tarde.


aprended a obrar el bien; buscad lo que es justo, enderezad lo violento; defended al huérfano, proteged a la viuda.


Será como estopa el hombre robusto y su obra, chispa; arderán a una los dos sin que nadie los apague.


Entonces replicó Isa as: 'Escuchad, casa de David: ¿os parece poca cosa cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios?


Cuando a la casa de David se le informó, diciéndole: 'Aram acampa con Efra n', tembló su corazón y el corazón de su pueblo como tiemblan los árboles del bosque sacudidos por el viento.


Tendrás que soltar tu mano de la herencia que te hab a dado, y te haré esclavo de tus enemigos en un pa s que no conoces; pues fuego se ha encendido en mi ira que arderá eternamente.


Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y brazo fuerte, con ira, furor y sa a,


Mirad la tempestad de Yahveh: se desencadena una tormenta, se arremolina un huracán, que se lanza sobre la cabeza de los malvados.


Por eso, as dice Yahveh, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: 'Vosotros habéis dispersado mis ovejas, las habéis descarriado y no habéis cuidado de ellas. Mirad: voy a castigar en vosotros la maldad de vuestras obras - oráculo de Yahveh -.


Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que suscitaré a David un germen justo que reinará como rey, obrará con prudencia y practicará el derecho y la justicia en el pa s.


A ver si elevan sus plegarias a Yahveh, y se convierte cada uno de su mala conducta; porque es grande la ira y el furor que Yahveh ha predicho contra este pueblo'.


Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.


Yahveh no pod a soportar más ante la maldad de vuestras obras, ante las abominaciones que comet ais, y por eso, vuestro pa s se ha convertido en desierto, horror y maldición, sin que haya un solo habitante, como sucede hoy.


(14a) Por eso, as dice Yahveh el Dios Sebaot: (13b) As se les hará (14b) por haber dicho tal cosa: yo haré de mis palabras fuego en tu boca, y este pueblo será la le a que aquél devorará.


engordan y se ponen rollizos; hasta se hinchan con malas palabras. No defienden la causa, la causa del huérfano para que prospere, ni fallan el pleito de los pobres.


Por eso, as dice el Se or Yahveh: mirad que mi ira y mi furor se va a volcar en este lugar sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; y arderá sin apagarse'.


Porque si de verdad enmendáis vuestra conducta y vuestras obras; si de verdad practicáis la justicia entre unos y otros;


Yahveh desahogó su furor, Kaf derramó su ardiente cólera; encendió un fuego en Sión que devoró sus cimientos.


Voy a volcar mi indignación sobre ellos y a aniquilarlos con el fuego de mi cólera; haré recaer su conducta sobre su cabeza - oráculo del Se or Yahveh.'


yo me opondré a vosotros con furor, y os castigaré yo mismo otras siete veces por vuestros pecados.


¿Quién resistirá ante su cólera? Zain ¿Quién soportará el ardor de su ira? Su furor se propaga como el fuego, Het ante Él las rocas se hienden.


Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el d a de la ira de Yahveh. Por el fuego de su celo será devorada toda la tierra, porque él aniquilará de modo repentino y terrible a todos los habitantes de la tierra.


En ella está Yahveh, que es justo, no comete iniquidad; ma ana tras ma ana pronuncia sus sentencias, cuando amanece nunca falta; pero el malvado no conoce la vergüenza.


y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo,


pues está al servicio de Dios para conducirte al bien. Pero, si haces el mal, teme; pues no en vano lleva la espada, ya que está al servicio de Dios para castigar al que practica el mal.


Porque fuego ardiente se enciende en mi rostro, que quema hasta el seol más profundo; que devora la tierra y sus productos, que abrasa los cimientos de los montes.