Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Jeremías 2:8 - Biblia Castilian 2003

Los sacerdotes no preguntaron: '¿Dónde está Yahveh?'. Ni los que se ocupan de mi ley me conocieron. Los pastores se rebelaron contra m; los profetas profetizaron por Baal y se fueron tras los que de nada sirven.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Los sacerdotes no preguntaron: “¿Dónde está el Señor?”. Aquellos que enseñaron mi palabra me ignoraron, los gobernantes se volvieron en mi contra, y los profetas hablaron en nombre de Baal, perdiendo su tiempo con ídolos inútiles.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Los sacerdotes ya no se preguntan: ¿Dónde está Yavé? ¡Los dueños de mi enseñanza no me conocen! Los pastores de mi pueblo se rebelaron contra mí, y los profetas consultaron a dioses inútiles, dando respuestas en nombre de Baal.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Los sacerdotes no preguntaban: ¿Dónde está YHVH? Los doctores de la Ley° no me conocían, Los pastores° se rebelaban contra mí, Y los profetas profetizaban en nombre de Baal, Siguiendo a dioses que de nada sirven.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los sacerdotes no preguntaron: '¿Dónde está Yahveh?'. Ni los que se ocupan de mi ley me conocieron. Los pastores se rebelaron contra mí; los profetas profetizaron por Baal y se fueron tras los que de nada sirven.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? Y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron por Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Jeremías 2:8
35 Referans Kwoze  

Entonces El as siguió diciendo al pueblo: 'Yo soy el único profeta de Yahveh que queda, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta.


Pasado el mediod a, se entregaron a arrebatos proféticos, hasta la hora de ofrecer la oblación; pero no hubo voz ni escucha ni respuesta.


Ordenó entonces El as: 'Prended a los profetas de Baal, que no escape ni uno'. Los prendieron y El as los hizo bajar al torrente Quisón y all los degolló.


no preguntan: '¿Dónde está Dios, mi Creador, el que hace resonar canciones en la noche,


También éstos por el vino vacilan, por el licor se tambalean; sacerdotes y profetas vacilan por el licor, desvar an por el vino, dan traspiés por el licor, vacilan en la visión, titubean en la sentencia.


porque Yahveh volcó sobre vosotros un soplo de letargo, que encoló vuestros ojos, profetas, y cubrió vuestras cabezas, videntes.


todos quedarán defraudados por un pueblo que no vale, que no les sirve de ayuda ni de provecho alguno, sino de vergüenza y de oprobio.


Los pastores fueron unos necios y no buscaron a Yahveh; por eso no acertaron, y toda su grey se dispersó.


Pastores numerosos han destruido mi vi a, han pisoteado mi parcela, han convertido mi deliciosa parcela en un desolado desierto,


Yahveh, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el d a de angustia, a ti vendrán naciones de los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira heredaron nuestros padres, vanidad que de nada sirve.


Entonces dijeron ellos: 'Vamos a urdir planes contra Jerem as, pues no perecerá la ley por falta de sacerdotes, ni el consejo por falta de sabios, ni la palabra por falta de profetas. Vamos a herirlo en la lengua y no prestaremos atención a sus palabras'.


¿cambió de dioses alguna nación, y eso que ni siquiera son dioses? Pues mi pueblo cambió su gloria por lo que de nada sirve.


Ni siquiera preguntaron: '¿Dónde está Yahveh, que nos sacó del pa s de Egipto y nos condujo por el desierto, tierra esteparia y agrietada, tierra seca y tenebrosa, tierra por donde nadie pasa y donde ningún hombre mora?'.


S, mi pueblo es insensato, a m no me conocen. Son hijos necios, no son inteligentes, expertos para el mal, hacer el bien no saben.


los profetas profetizan con mentira, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y mi pueblo as lo quiere. Pero ¿qué haréis cuando llegue el fin?


Mirad que vosotros confiáis en palabras enga osas, que de nada sirven.


Por eso, as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: Aqu estoy: voy a darle de comer a este pueblo ajenjo, y voy a darle de beber agua envenenada.


Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis cosas santas; no distinguen entre lo sacro y lo profano, no ense an la diferencia entre lo impuro y lo puro; se tapan los ojos para no ver mis sábados, y soy profanado en medio de ellos.


'Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y diles: '¡Pastores!, as dice el Se or Yahveh: ¡ay de los pastores de Israel, que se apacientan a s mismos! ¿No deben los pastores apacentar las ovejas?


Perece mi pueblo por falta de sabidur a. Porque tú has rechazado la sabidur a, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


¿De qué sirve una escultura esculpida por su art fice, una imagen fundida, un oráculo mendaz? ¿Conf a en dolos mudos quien los fabricó?


Porque, ¿qué provecho sacará un hombre con ganar el mundo entero, si malogra su vida? ¿O qué dará un hombre a cambio de su vida?


¡Ay de vosotros, doctores de la ley, porque os habéis llevado la llave del saber! Vosotros no entrasteis, y a los que estaban para entrar se lo impedisteis'.


Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a m.


pero al que no conocéis. En cambio, yo s lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser a, al igual que vosotros, un embustero. Pero s lo conozco y guardo su palabra.


Al contrario, hemos renunciado a los encubrimientos vergonzantes y no procedemos con astucia ni falseamos la palabra de Dios, sino que, por el contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos ante toda conciencia humana en la presencia de Dios.


Ellos ense an tus normas a Jacob y tu ley a Israel; ofrecen el incienso en tu presencia y el sacrificio perfecto en tu altar.


No os apartéis, porque ello ser a perseguir cosas vanas que no pueden ayudaros ni salvaros, pues no son nada.


Ahora bien, los hijos de El eran hombres perversos, que no reconoc an a Yahveh