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Jeremías 2:25 - Biblia Castilian 2003

Guarda tu pie de andar descalzo, y tu garganta de la sed. Tú respondes: '¡Es inútil! ¡No! Pues amo a extranjeros y tras ellos quiero ir'.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Cuándo dejarás de correr? ¿Cuándo desistirás de jadear tras otros dioses? Pero tú dices: “Ahórrate tus palabras. ¡Estoy enamorada de estos dioses ajenos, y no puedo dejar de amarlos!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El que la busca sabe dónde encontrarla. Pero tú dices: '¡No, déjame!, a mí me gustan los extranjeros y tras ellos quiero ir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Guarda tu pie de andar descalzo, Y tu garganta de la sed; Pero dijiste: ¡No hay remedio, no; A extranjeros° he amado, y tras ellos he de ir!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Guarda tu pie de andar descalzo, y tu garganta de la sed. Tú respondes: '¡Es inútil! ¡No! Pues amo a extranjeros y tras ellos quiero ir'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay esperanza, no; porque amo a los extraños y tras ellos he de ir.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 2:25
27 Referans Kwoze  

Mientras estaba asediado, el rey Ajaz aumentó su infidelidad a Yahveh,


pues ofrec a sacrificios a los dioses de Damasco que lo hab an derrotado, diciéndose: 'Puesto que los dioses de los reyes de Aram les ayudan a ellos, les ofreceré sacrificios, para que también me ayuden a m '. Pero ellos fueron la causa de su ruina y de la de todo Israel.


S, has rechazado a tu pueblo, a la casa de Jacob, porque están llenos de adivinos, de agoreros, como los filisteos, y hacen pactos con extranjeros.


Por tu largo viaje te cansaste, pero no dijiste: '¡Es desesperante!'. La vitalidad de tu falo hallaste, por eso no desfalleciste.


¿Qué dirás cuando ponga como jefes sobre ti a quienes tú misma ense aste a ser tus amigos? ¿No te vendrán dolores como de mujer en parto?


Y si dices en tu corazón: '¿Por qué me suceden estas cosas?'. Por tu gran iniquidad te han levantado las faldas, han violentado tus tobillos.


As dice Yahveh acerca de este pueblo: as es, están aficionados a andar de un lado para otro, no dan reposo a sus pies. Pero Yahveh no se complace en ellos; ahora va a recordar su culpa y a castigar sus pecados.


Pero ellos dijeron: '¡Es inútil! Porque tras nuestros planes iremos, y cada uno actuará según la obstinación de su perverso corazón''.


¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.


Sube al L bano y grita, en el Basán alza tu voz, grita desde Abar n, pues todos tus amantes están aplastados.


Te hablé cuando viv as tranquila. Dijiste: 'No quiero o r'. Éste es tu proceder desde tu juventud: nunca has escuchado mi voz.


Pero reconoce tu culpa, pues contra Yahveh, tu Dios, te has rebelado, has prodigado tus andanzas con los extranjeros bajo todo árbol frondoso y no habéis escuchado mi voz - oráculo de Yahveh -.


antes al contrario, estamos decididos a cumplir todas esas palabras que han salido de nuestra boca, a saber: incensar a la Reina de los Cielos y ofrecerle libaciones, como hac amos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros pr ncipes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, pues entonces nos hartábamos de pan, éramos felices y no ve amos desgracia alguna.


Pasa las noches llorando, Bet las lágrimas surcan sus mejillas. No hay quien la consuele entre todos los que la amaban. Todos sus amigos la han traicionado, se le han vuelto enemigos.


La lengua del ni o de pecho se ha pegado Dálet a su paladar por la sed. Los peque uelos ped an pan; no hab a quien se lo repartiese.


ni se realizará jamás lo que os viene a la mente cuando pensáis: 'Seremos como las naciones, como las tribus de los otros pa ses, que adoran el le o y la piedra'.'


Llamad a vuestro hermano: 'Mi - pueblo' y a vuestra hermana: 'Amada'.


si no, la despojaré y la desnudaré, la dejaré como el d a en que nació, la convertiré en desierto, la reduciré a tierra árida, y la mataré de sed;


Vosotros dec s: 'Es inútil servir a Dios. ¿Qué sacamos de observar sus preceptos y de andar con vestidos de luto ante Yahveh Sebaot?


Pero el padre ordenó a sus criados: 'Inmediatamente, traed el vestido más rico y ponédselo; ponedle también un anillo en la mano y sandalias en los pies.


Entonces gritó: 'Padre Abrahán, ten compasión de m y env a a Lázaro para que, mojando en agua la punta del dedo, venga a refrescarme la lengua; que estoy sufriendo horrores en estas llamas'.


Pues con esa esperanza hemos sido salvados. Ahora bien, esperanza cuyo objeto se ve, no es esperanza. Porque, ¿quién espera lo que ya está viendo?


habrás de servir en hambre y en sed, en desnudez y en privación, al enemigo que Yahveh mandará contra ti y pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta que te extermine.


Excitan sus celos con dioses extra os, lo provocan con abominaciones;