El d a nueve del mes cuarto arreció tanto el hambre en la ciudad que no hab a pan para la gente del pueblo.
Jeremías 19:9 - Biblia Castilian 2003 Les daré a comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas y los unos comerán la carne de los otros, por la angustia y por el aprieto con que los apretarán sus enemigos y quienes atentan contra su vida. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas. Biblia Nueva Traducción Viviente Me ocuparé de que sus enemigos sitien la ciudad hasta que no haya más comida. Entonces los que queden atrapados adentro se comerán a sus hijos, a sus hijas y a sus amigos. Caerán en una profunda desesperación’”. Biblia Católica (Latinoamericana) Les haré comer la carne de sus hijos e hijas, y se devorarán entre ellos, en medio del angustioso asedio y de la miseria a que los reducirán sus enemigos, que quieren quitarles la vida. La Biblia Textual 3a Edicion Haré que se coman la carne de sus propios hijos y la carne de sus propias hijas, y cada uno comerá la carne de su compañero, en el asedio y la aflicción con que los afligirán sus enemigos y los que buscan su vida. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Les daré a comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas y los unos comerán la carne de los otros, por la angustia y por el aprieto con que los apretarán sus enemigos y quienes atentan contra su vida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y cada uno comerá la carne de su amigo, en el cerco y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas. |
El d a nueve del mes cuarto arreció tanto el hambre en la ciudad que no hab a pan para la gente del pueblo.
Manasés a Efra n, Efra n a Manasés y los dos a Judá. Y ni aun as se calmó su ira, su mano está todav a extendida.
y voy a estrellarlos unos contra otros, a los padres junto con los hijos - oráculo de Yahveh -. No me apiadaré ni me afligiré ni me compadeceré de aniquilarlos'.
'Rey, mi se or; esos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jerem as, arrojándole a la cisterna, donde morirá de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad'.
Mira, Yahveh, y considera: Res ¿a quién has tratado as ? ¿Tendrán que comer las mujeres el fruto de su vientre, los ni os que llevan todav a en sus brazos? ¿Matarán en el santuario del Se or a los sacerdotes y a los profetas?
Manos de mujeres delicadas Yod pusieron a cocer sus propios hijos, y éstos fueron su alimento en el desastre de la hija de mi pueblo.
Por eso, habrá padres que se comerán a sus hijos en medio de ti, e hijos que se comerán a sus padres; ejecutaré en ti la sentencia, esparciendo a todos los vientos todo lo que quede de ti.
Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comeréis.