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Jeremías 16:16 - Biblia Castilian 2003

Mirad: voy a enviar a muchos pescadores - oráculo de Yahveh -, que los pescarán; y luego enviaré a muchos cazadores, que los cazarán en todas las monta as, en todas las colinas y en las grietas de las rocas.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte y por todo collado, y por las cavernas de los peñascos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Ahora mandaré llamar a muchos pescadores para que los capturen —dice el Señor—. Mandaré llamar a cazadores para que los cacen en los montes, en las colinas y en las cuevas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo enviaré primero a muchos pescadores, dice Yavé, que los pescarán; después, a numerosos cazadores, que los perseguirán por montes y cerros, y hasta en las cavernas de las montañas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

He aquí enviaré a muchos pescadores que los pesquen, dice YHVH, y después enviaré muchos cazadores que los cacen por los montes y collados y por las hendiduras de las peñas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mirad: voy a enviar a muchos pescadores -oráculo de Yahveh-, que los pescarán; y luego enviaré a muchos cazadores, que los cazarán en todas las montañas, en todas las colinas y en las grietas de las rocas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por toda montaña, y por todo collado, y por las hendiduras de las rocas.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 16:16
21 Referans Kwoze  

Fue un esforzado cazador delante de Yahveh, y por eso se dice: 'Magn fico cazador ante Yahveh, como Nimrod'.


y se meterá en las grietas de las rocas, y en las hendiduras de las pe as ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


y vendrán y se posarán todas ellas en las gargantas de los valles, en las hendiduras de las rocas, en todos los matorrales y en todos los abrevaderos.


mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte - oráculo de Yahveh - y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este pa s y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.


Al grito de ¡jinetes y arqueros!, huye toda ciudad; se van a las selvas, escalan las rocas; todas las ciudades son evacuadas, y no queda en ellas ni un solo habitante.


Mira que yo te traigo el terror - oráculo del Se or Yahveh Sebaot - por todas partes. Se os expulsará a cada uno por su lado, y nadie acogerá a los que huyan.


As dice Yahveh Sebaot: Rebusca, rebusca, como en una vi a, lo que queda de Israel; vuelve a pasar tu mano, como el vendimiador, por los sarmientos.


Espiaban nuestros pasos, Sade nos prohib an andar por nuestras plazas. Se acercaba nuestro fin, se cumpl an nuestros d as. S; nuestro fin ha llegado.


Más veloces eran nuestros perseguidores Qof que las águilas del cielo; nos acosaban en los montes, en el desierto nos tend an emboscadas.


vendré y los castigaré; se aliarán contra ellos las naciones, para castigarlos por su doble culpa.


El Se or Yahveh jura por su santidad: mirad que llegan d as para vosotras en que os levantarán con arpones, y a vuestra descendencia con anzuelos de pesca.


Será lo mismo que cuando un hombre huye ante un león y es atacado por un oso; o cuando entra en casa, apoya su mano en la pared y le muerde una culebra.


Desapareció de la tierra el piadoso, no queda un justo entre los hombres: todos acechan para derramar sangre, unos a otros se tienden redes,


En aquel tiempo, registraré Jerusalén con linternas y castigaré a los hombres que se sientan sobre las heces y dicen en su corazón: 'Yahveh no hace nada, ni bueno ni malo'.


Hoy mismo han visto tus ojos que Yahveh te entregaba en mis manos en la cueva. Se me incitaba a matarte; pero sent piedad de ti y me dije: 'No extenderé yo mi mano contra mi se or, pues es el ungido de Yahveh'.


Que no caiga ahora mi sangre en tierra, lejos de la faz de Yahveh. El rey de Israel ha salido en busca de una pulga, como se persigue una perdiz en los montes'.