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Jeremías 15:16 - Biblia Castilian 2003

Aparec an tus palabras y yo las devoraba; tu palabra era mi gozo y la alegr a de mi corazón, pues sobre m se invocaba tu nombre, Yahveh, Dios Sebaot.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba. Tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu Nombre sobre mí, ¡oh, Yavé Sabaot!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; Y tu Palabra° fue para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque tu Nombre es invocado sobre mí, ¡Oh YHVH, ’Elohim Sebaot!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aparecían tus palabras y yo las devoraba; tu palabra era mi gozo y la alegría de mi corazón, pues sobre mí se invocaba tu nombre, Yahveh, Dios Sebaot.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se hallaron tus palabras, y yo las comí; y tus palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón; porque soy llamado por tu nombre, oh Jehová Dios de los ejércitos.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 15:16
13 Referans Kwoze  

As que todo el pueblo se fue a comer y a beber, a repartir raciones y hacer gran fiesta, porque hab an comprendido las palabras que les hab an explicado.


he observado el mandato de sus labios, he guardado en mi pecho las palabras de su boca.


Mi heredad serán por siempre tus avisos, ellos son la alegr a de mi alma.


En tus leyes me complazco: jamás me olvidaré de tu palabra.


Las leyes de tu boca cuentan más para m que miles de monedas de oro y plata.


¡Cómo quiero yo tu ley! Mem Ella es mi meditación de todo el d a.


su temor es sin mancha, permanece por siempre; sus juicios son fieles, todos equitativos;


¿Por qué eres como hombre azorado, como guerrero incapaz de salvarse? Tú, Yahveh, estás en medio de nosotros y sobre nosotros se invoca su nombre, ¡No nos abandones!


'Tú pues, hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte: No seas rebelde como la raza rebelde; abre la boca y come lo que voy a darte.'


¿Está maldita acaso la casa de Jacob? ¿Ha perdido Yahveh la paciencia? ¿Son éstas sus acciones? ¿No son buenas sus palabras para el que camina rectamente?