Abrahán se levantó de madrugada y se fue al lugar donde hab a estado delante de Yahveh,
Jeremías 15:1 - Biblia Castilian 2003 Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante m, se volver a mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi presencia, y salgan. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el Señor me dijo: «Aun si Moisés y Samuel se presentaran delante de mí para rogarme por este pueblo, no lo ayudaría. ¡Fuera con ellos! ¡Quítenlos de mi vista! Biblia Católica (Latinoamericana) Y me dijo Yavé: Aunque Moisés y Samuel vinieran en persona a rogar por este pueblo, mi corazón no se compadecería de él. ¡Echalos de mi presencia, que se vayan lejos! La Biblia Textual 3a Edicion YHVH me respondió: Aunque estuvieran delante Moisés y Samuel° no me conmovería por este pueblo. ¡Échalos, que salgan de mi presencia! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante mí, se volvería mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, mi voluntad no será con este pueblo: échalos de delante de mí, y salgan. |
Abrahán se levantó de madrugada y se fue al lugar donde hab a estado delante de Yahveh,
Rechazó as Yahveh a toda la estirpe de Israel; la afligió y la entregó en manos de sus saqueadores hasta arrojarla de su presencia.
Él quer a aniquilarlos, de no ser por su elegido Moisés que se puso en la brecha, en su presencia, para apartar su ira destructora.
Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, y Samuel con los que invocan su nombre. Invocaban al Se or, y él les respond a:
Pues as dice Yahveh: 'Aqu estoy: voy a lanzar con honda, esta vez s, a los habitantes del pa s; los voy a poner en aprieto, para que sean alcanzados'.
Pero tú no ruegues por este pueblo, ni eleves por ellos lamentación ni súplica, pues no te voy a escuchar cuando clames a m por su desgracia'.
Aunque ayunen, no escucho su clamor; aunque ofrezcan holocausto y oblación, no los quiero, sino que voy a acabar con ellos por medio de la espada, del hambre y de la peste'.
Por esto as dice Yahveh: 'Si te conviertes, te permito volver, podrás estar en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás como mi propia boca. Ellos se volverán a ti, tú no te volverás a ellos.
Por eso os expulsaré de este pa s a un pa s que no conocéis ni vosotros ni vuestros padres, y all serviréis a otros dioses d a y noche, pues no os concedo gracia'.
Además Yahveh me dijo as: 'No entres en casa de duelo, no vayas a lamentarte ni a darles el pésame, porque he retirado mi paz de este pueblo - oráculo de Yahveh -, la piedad y la clemencia,
¿Se devuelve mal por bien, y por eso cavaron una fosa para m ? Recuerda cómo estuve ante ti intercediendo por ellos, para apartar de ellos tu furor.
¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jecon as, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un pa s que no conocen?
por eso, mirad: ciertamente os cargaré y os arrojaré de mi presencia, a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres,
por eso, as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: a Jonadab, hijo de Recab, no le faltará nunca alguien que esté delante de m '.
Y las cosas llegaron a tal punto en Jerusalén y en Judá que la ira de Yahveh los arrojó de su presencia. Luego Sedec as se rebeló contra el rey de Babilonia.
Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro o do la palabra de su boca; ense ad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la eleg a:
y estuvieran en él estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, ellos, por su justicia, se salvar an a s mismos - oráculo del Se or Yahveh.
'He buscado entre ellos a alguien que levante un muro y resista firme en la brecha delante de m en favor del pa s para que yo no lo destruya, pero no lo he encontrado.
En Guilgal está toda su maldad: s; all los odié. Por la maldad de sus acciones los arrojaré de mi casa. No volveré a amarlos; todos sus jefes son rebeldes.
Pero yo suplicaba a Yahveh, diciéndole: 'Se or Yahveh, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad, que redimiste por tu grandeza y sacaste de Egipto con mano fuerte.
Cristo no entró, en efecto, en un santuario de hechura humana, imagen del auténtico, sino en el propio cielo, para aparecer ahora en la presencia de Dios en favor nuestro.
Va mi corazón tras los caudillos de Israel, tras los que se ofrecen voluntarios en el pueblo. ¡Bendecid a Yahveh!
Por eso todo el pueblo dijo a Samuel: 'Intercede por tus siervos ante Yahveh, tu Dios, para que no muramos, pues a todos nuestros pecados hemos a adido la maldad de pedir un rey para nosotros'.
Por mi parte, lejos de m el pecar contra Yahveh dejando de interceder por vosotros y de mostraros el camino bueno y recto.
Tomó entonces un cordero lechal, lo ofreció entero en holocausto a Yahveh, imploró a Yahveh por Israel y Yahveh lo escuchó.