El rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Riblá, en el pa s de Jamat. As fue deportado Judá lejos de su tierra.
Jeremías 13:19 - Biblia Castilian 2003 Las ciudades del sur están cerradas, sin que nadie las abra. Judá todo entero está deportado, ha sido deportado en masa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Las ciudades del Neguev fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda Judá fue transportada, llevada en cautiverio fue toda ella. Biblia Nueva Traducción Viviente Las ciudades del Neguev cerrarán sus puertas y nadie será capaz de abrirlas. La gente de Judá será llevada cautiva; todos serán llevados al destierro. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Las ciudades del Negueb han sido cerradas y nadie viene a abrirlas! Todo Judá es deportado, deportado en masa. La Biblia Textual 3a Edicion Las ciudades del Mediodía han sido cerradas, y no hay quien las abra; Todo Judá marcha al destierro, Sin faltar uno son llevados en cautiverio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las ciudades del sur están cerradas, sin que nadie las abra. Judá todo entero está deportado, ha sido deportado en masa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Las ciudades del Neguev serán cerradas, y no habrá quien las abra; toda Judá será llevada cautiva, será llevada cautiva en su totalidad. |
El rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Riblá, en el pa s de Jamat. As fue deportado Judá lejos de su tierra.
Todos los israelitas fueron registrados en las genealog as e inscritos en el libro de los reyes de Israel. Judá fue deportado a Babilonia por sus prevaricaciones.
Imposible reconstruir lo que él destruye, ni liberar a quien él aprisiona.
y de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la región de Benjam n, de la Sefelá, de la Monta a y del Negueb vendrán trayendo holocaustos y sacrificios, oblaciones e incienso, y también sacrificios de alabanza al templo de Yahveh.
Pues as dice Yahveh: 'Mirad: voy a entregarte al terror, a ti y a todos tus amigos, que caerán bajo la espada de sus enemigos. Lo verán tus propios ojos. Y entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los pasará a cuchillo.
Yahveh me hizo ver dos cestas de higos colocadas delante del templo de Yahveh. Fue después de haber deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, a los pr ncipes de Judá, a los herreros y cerrajeros, y haberlos llevado de Jerusalén a Babilonia.
Y también haré que vuelvan a este lugar Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, y todos los deportados de Judá que fueron a Babilonia - oráculo de Yahveh -, pues voy a romper el yugo del rey de Babilonia'.
Se comprarán campos con dinero, se escribirán contratos y se sellarán y se requerirán testigos en el territorio de Benjam n y en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, en las ciudades de la monta a, en las ciudades de la llanura y en las ciudades del Negueb, pues cambiaré su suerte - oráculo de Yahveh -.
Por las ciudades de la monta a, por las ciudades de la llanura, por las ciudades del Negueb, por el territorio de Benjam n, por los alrededores de Jerusalén y por las ciudades de Judá volverán a pasar las ovejas ante las manos de quien las cuenta' - dice Yahveh -.
Nabuzardán, jefe de la escolta, deportó a Babilonia al resto de la población que hab a quedado en la ciudad, a los desertores que se hab an pasado a él y al resto de los artesanos que quedaban.
El rey de Babilonia los hizo ajusticiar y matar en Riblá, en el pa s de Jamat. As fue deportado Judá, lejos de su tierra.
Éste es el número de los deportados por Nabucodonosor: el a o siete: tres mil veintitrés jud os;
el a o veintitrés de Nabucodonosor, Nebuzardán, jefe de la guardia, deportó setecientos cuarenta y cinco jud os. En total: cuatro mil seiscientas personas.
Desterrada está Judá, en aflicción Gu mel y dura servidumbre; dispersa entre las naciones, no encuentra reposo. Le dieron alcance sus perseguidores, la cercaron de angustias.
¿No son éstas las palabras que proclamó Yahveh por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba habitada y tranquila, con sus ciudades de alrededor, y el Negueb y la Sefelá estaban habitados?
Pero si no escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y no pones cuidado en practicar todos estos mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones.
Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que, en todo tu pa s, se derrumben las murallas más altas y mejor fortificadas, en las que tú confiabas; que te asediará en todas tus ciudades, en toda la tierra que Yahveh, tu Dios, te ha dado.
Dividirán la tierra en siete partes. Judá permanecerá en su territorio, al mediod a, y la casa de José se quedará en el suyo, al norte.