Fijaré un lugar para mi pueblo Israel: all lo plantaré y all morará, sin que sea ya turbado, pues los hijos de la iniquidad no volverán a afligirlo como antes,
Jeremías 11:17 - Biblia Castilian 2003 Yahveh Sebaot, que te hab a plantado, decretó contra ti la desgracia, por la maldad de la casa de Israel y la casa de Judá, que cometieron en su propio da o, irritándome al incensar a Baal. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque Jehová de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome a ira con incensar a Baal. Biblia Nueva Traducción Viviente »Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, el que plantó ese olivo, he ordenado que lo destruyan. Pues los pueblos de Israel y de Judá han hecho lo malo, y despertaron mi enojo al quemar incienso a Baal». Biblia Católica (Latinoamericana) Y Yavé de los cielos, que te había plantado, te ha condenado a la desgracia, a causa del mal que se hizo a sí misma la gente de Israel y la de Judá por haber quemado incienso a Baal, haciendo que me enojara por esto. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH Sebaot, que te plantó, ha decretado una calamidad contra ti, a causa de la maldad que para sí mismos hicieron los de la casa de Israel y de la casa de Judá, provocándome al ofrecer sacrificios a Baal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh Sebaot, que te había plantado, decretó contra ti la desgracia, por la maldad de la casa de Israel y la casa de Judá, que cometieron en su propio daño, irritándome al incensar a Baal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues Jehová de los ejércitos, que te plantó, ha pronunciado mal contra ti, a causa de la maldad de la casa de Israel y de la casa de Judá, que hicieron contra sí mismos, provocándome a ira al ofrecer incienso a Baal. |
Fijaré un lugar para mi pueblo Israel: all lo plantaré y all morará, sin que sea ya turbado, pues los hijos de la iniquidad no volverán a afligirlo como antes,
Y en cada una de las ciudades de Judá erigió lugares altos para quemar incienso a los dioses extranjeros, con lo que provocó la ira de Yahveh, el Dios de sus padres.
Con los propios o dos, Se or, hemos o do, los padres nos contaron la obra que en sus d as acabaste, en los tiempos antiguos.
Vuelve, pues, oh Dios de los ejércitos, observa desde el cielo y considera. Atiende a esta vid,
Restáuranos, oh Dios de los ejércitos: haz esplender tu rostro y seremos liberados.
La cavó y despedregó, la plantó de cepa selecta. Construyó una torre en su centro, e incluso excavó un lagar. Esperaba que diera uvas, pero dio agraces.
para alegrar a los enlutados de Sión; para darles corona en vez de ceniza, óleo de alegr a en vez de luto, canto de alabanza en vez de apocamiento. Se les llamará terebintos de justicia, plantación de Yahveh para gloria suya.
Yahveh me dijo: Del norte se desencadenará la desgracia sobre todos los habitantes del pa s,
Por eso, as dice Yahveh: mirad: voy a traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar, y entonces clamarán a m, pero no los escucharé.
Pues cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá; y cuantas son las calles de Jerusalén, tantos son los altares que habéis erigido a la vergüenza, altares para incensar a Baal.
Los plantas, y echan ra ces, crecen y dan fruto. Estás cerca tú de su boca, pero lejos de sus corazones.
Pues a m me olvidó mi pueblo, incensaron a la nada. Los han hecho tropezar en sus caminos, en los antiguos senderos, para que anduvieran por veredas, por caminos no pisados;
pero si esta nación contra la cual yo hab a hablado se convierte de su maldad, entonces me arrepiento del mal que hab a planeado hacerle.
'As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus vidas toda la desgracia que he anunciado contra ella, porque han endurecido su cerviz y no han escuchado mis palabras'.
Yo te hab a plantado como cepa escogida, toda ella de semilla genuina. ¿Cómo, pues, para m te has cambiado en sarmientos silvestres de vi a bastarda?
fijo en ellos mis ojos con complacencia, los volveré a este pa s, los reedificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré,
Ahora, pues, enmendad vuestra conducta y vuestras obras y escuchad la voz de Yahveh, vuestro Dios, para que Yahveh se arrepienta del mal que ha predicho contra vosotros.
¿Lo condenó a muerte Ezequ as, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió a Yahveh y aplacó la faz de Yahveh, y as se arrepintió Yahveh del mal que hab a predicho contra ellos? ¿Y nosotros bamos a cargarnos con un delito tan grande?'.
Los caldeos que combaten contra esta ciudad entrarán, la pasarán a fuego y la quemarán, junto con las casas en cuyas terrazas incensaron a Baal y libaron libaciones a otros dioses para ofenderme.
Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá, desde su juventud, no han hecho sino lo que es malo a mis ojos, ya que los hijos de Israel no han hecho más que ofenderme con las obras de sus manos - oráculo de Yahveh -.
Por eso, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: voy a traer sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal que les he predicho, puesto que les he hablado y no me han escuchado, los he llamado y no me han respondido'.
A ver si elevan sus plegarias a Yahveh, y se convierte cada uno de su mala conducta; porque es grande la ira y el furor que Yahveh ha predicho contra este pueblo'.
El jefe de la escolta tomó a Jerem as y le dijo: 'Yahveh, tu Dios, hab a predicho esta desgracia contra este lugar.
Yahveh ha hecho venir y ha realizado lo que hab a predicho. Porque pecasteis contra Yahveh y no escuchasteis su voz, por eso os ha sucedido esto.
Si os quedáis en este pa s, os edificaré y no os arrasaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me arrepiento del mal que os he hecho.
Pero no escucharon ni aplicaron su o do para convertirse de su maldad y para no incensar a otros dioses.
al ofenderme con las obras de vuestras manos, por incensar a otros dioses en el pa s de Egipto, adonde habéis venido a residir, resultando as que os extermináis y os convert s en una maldición y un oprobio en todas las naciones de la tierra?
esto le has de decir: 'As dice Yahveh: mira: lo que yo edifiqué, yo mismo lo derribo, y lo que yo planté, yo mismo lo arranco, as por todo el pa s'.
Los hijos amontonan la le a, los padres encienden el fuego y las mujeres amasan la pasta para hacer pasteles en honor de la Reina del Cielo y ofrecen libaciones a otros dioses, para ofenderme.
¡Cómo! ¡Conque robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, incensáis a Baal, vais tras otros dioses que no conocéis,
Tomó luego una semilla del pa s y la echó en un campo de sembrado; la puso junto a aguas caudalosas, como un sauce la plantó.
Israel era vi a frondosa que daba fruto; cuanto más abundante era su fruto, tanto más multiplicaba los altares; cuanto más fecunda era su tierra más ricas estelas constru a.