Jeremías 10:20 - Biblia Castilian 2003 Mi tienda está devastada, todas mis cuerdas se han roto; mis hijos partieron de mi lado y ya no están, no hay ya quien despliegue mi tienda ni quien levante mis lonas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mi tienda está destruida, y todas mis cuerdas están rotas; mis hijos me han abandonado y perecieron; no hay ya más quien levante mi tienda, ni quien cuelgue mis cortinas. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi casa está destruida, y no queda nadie que me ayude a reconstruirla. Se llevaron a mis hijos, y nunca volveré a verlos. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ahora mi carpa está destruida y todos sus cordeles cortados. Mis hijos me han abandonado, no queda ninguno. Ya no hay nadie que pueda levantar mi carpa o extender mis toldos. La Biblia Textual 3a Edicion Mi tienda ha sido destruida, Y todas mis cuerdas están rotas: Mis hijos me han abandonado y no existen. Ya no hay quien plante mi tienda, Ni quien alce mis cortinas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi tienda está devastada, todas mis cuerdas se han roto; mis hijos partieron de mi lado y ya no están, no hay ya quien despliegue mi tienda ni quien levante mis lonas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mi tienda es destruida, y todas mis cuerdas están rotas; mis hijos se han ido de mí, y perecieron. No hay ya quien levante mi tienda, ni quien ponga mis cortinas. |
Los malvados se hunden y desaparecen, mientras subsiste la casa de los justos.
Puse mis palabras en tu boca y a la sombra de mi mano te escond para plantar los cielos, para fundar la tierra y decir a Sión: 'Eres mi pueblo'.
No tiene quien la gu e entre todos los hijos que engendró; no tiene quien la tome de la mano entre todos los hijos que crió.
Ensancha el lugar de tu tienda, despliega, no escatimes, las lonas de tus moradas, alarga tus cuerdas y asegura tus clavijas,
Pero voy a hacer cicatrizar tu herida y voy a curarte de tus llagas - oráculo de Yahveh -, porque te llamaron 'La Desechada', Sión, la que no tiene quien la cuide.
As dice Yahveh: '¡Escuchad! En Ramá se oye un lamento, un llanto muy amargo: Raquel llora por sus hijos, inconsolable, por sus hijos, porque ya no existen'.
Desastre sobre desastre, se grita. ¡Todo el pa s está devastado! De repente son saqueadas mis tiendas; en un instante, mis pabellones.
Sus opresores prevalecen, He sus enemigos son felices; porque Yahveh la ha afligido por sus muchos pecados. Sus ni os marcharon cautivos delante del opresor.
Arrojáis a las mujeres de mi pueblo del hogar que era su delicia. Arrebatáis a sus peque uelos para siempre el honor que yo les di.