Tú, Se or y mi Dios, eres muy grande, majestad y esplendor son tus vestidos.
Hechos 9:3 - Biblia Castilian 2003 Sucedió que, mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, de repente lo envolvió una luz del cielo; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; Biblia Nueva Traducción Viviente Al acercarse a Damasco para cumplir esa misión, una luz del cielo de repente brilló alrededor de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras iba de camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero yendo por el camino, sucedió que cuando se acercaba° a Damasco, de repente resplandeció alrededor de él una luz del cielo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sucedió que, mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, de repente lo envolvió una luz del cielo; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yendo él por el camino, al acercarse a Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo; |
Tú, Se or y mi Dios, eres muy grande, majestad y esplendor son tus vestidos.
Pero me sucedió que, mientras iba de camino y me acercaba a Damasco, a eso del mediod a, súbitamente me rodeó una gran luz del cielo.
Partió, pues, Anan as, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: 'Hermano Saulo, el Se or Jesús, el que se te apareció en el camino que tra as, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Esp ritu Santo'.
Entonces Bernabé lo tomó consigo, lo presentó a los apóstoles y les explicó cómo vio en el camino al Se or, el cual le habló, y cómo en Damasco hab a actuado con valent a en el nombre de Jesús.
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Se or? Vosotros mismos, ¿no sois mi obra en el Se or?
el único poseedor de la inmortalidad, que habita en la región inaccesible de la luz, a quien ningún hombre vio ni puede ver. A él, honor e imperio eterno. Amén.
La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.
Ya no habrá noche, y no necesitan luz de lámpara ni luz de sol, porque el Se or, Dios, los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.