Escuchad la palabra de Yahveh, jefes de Sodoma; o d la ense anza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:
Hechos 4:5 - Biblia Castilian 2003 A la ma ana siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, los ancianos y los escribas, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, el Concilio —integrado por todos los gobernantes, ancianos y maestros de la ley religiosa— se reunió en Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente, los jefes de los saduceos se reunieron con los ancianos y los maestros de la Ley de Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Al día siguiente, aconteció que se reunieron en Jerusalem sus gobernantes, y los ancianos, y los escribas; Biblia Serafín de Ausejo 1975 A la mañana siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, los ancianos y los escribas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que al día siguiente, los príncipes de ellos, y los ancianos y los escribas; |
Escuchad la palabra de Yahveh, jefes de Sodoma; o d la ense anza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:
¡Ay de quienes traman injusticias, urden el mal en sus lechos y al clarear la ma ana lo ejecutan, porque está al alcance de sus manos.
En cuanto amaneció, los pont fices con los ancianos y escribas, es decir: todo el sanedr n, después de preparar la conclusión del acuerdo, ataron a Jesús, y lo llevaron y entregaron a Pilato.
Uno de aquellos d as, mientras él estaba ense ando al pueblo en el templo y anunciando el evangelio, se presentaron los pont fices y los escribas, junto con los ancianos,
Cuando se hizo de d a, se reunió el consejo de los ancianos del pueblo, de los pont fices y de los escribas, lo condujeron ante su sanedr n,
y cómo nuestros pont fices y jefes lo entregaron a la pena de muerte y lo crucificaron.
Pero se levantó en el sanedr n un fariseo, llamado Gamaliel, doctor de la Ley, estimado por todo el pueblo, el cual mandó que los hicieran salir por un momento,
Solivientaron, pues, al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y echándose sobre él, lo prendieron y lo condujeron al sanedr n.