Nos segu a a Pablo y a nosotros, gritando: 'Estos hombres son siervos del Dios Alt simo, que os anuncian el camino de salvación'.
Hechos 22:4 - Biblia Castilian 2003 Persegu a muerte este Camino, apresé y encarcelé hombres y mujeres, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; Biblia Nueva Traducción Viviente Perseguí a los seguidores del Camino, acosando a algunos hasta la muerte, y arresté tanto a hombres como a mujeres para arrojarlos en la cárcel. Biblia Católica (Latinoamericana) Así que perseguí a muerte a este camino e hice encadenar y meter en la cárcel a hombres y mujeres;' La Biblia Textual 3a Edicion Yo perseguí a muerte este Camino, atando y entregando en cárceles a varones y también a mujeres, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Perseguí a muerte este Camino, apresé y encarcelé hombres y mujeres, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y perseguí este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles así hombres como mujeres; |
Nos segu a a Pablo y a nosotros, gritando: 'Estos hombres son siervos del Dios Alt simo, que os anuncian el camino de salvación'.
Comenzó, pues, a hablar resueltamente en la sinagoga. Cuando Priscila y Áquila le oyeron, se lo llevaron consigo y le expusieron con más detalle el Camino de Dios.
Sobrevino en aquella ocasión un contratiempo no peque o en torno al Camino.
Pero como algunos se endurecieron, rechazaron el Camino y lo denigraron delante de la concurrencia, se apartó de ellos, formó un grupo aparte con los disc pulos y conversaba con ellos todos los d as en la escuela de Tirano.
Una cosa s te confieso: que sirvo al Dios de mis padres según el Camino que llaman secta, creyendo todo lo que está de acuerdo con la ley y escrito en los profetas,
lo arrastraron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo.
Todos los que le o an se maravillaban y dec an: 'Pero ¿no es éste el que arrasaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y no hab a venido aqu expresamente a lo mismo, para llevárselos presos ante los pr ncipes de los sacerdotes?'.
pues yo soy el menor de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque persegu a la Iglesia de Dios.
Ya o steis hablar de mi conducta anterior cuando estaba en el juda smo: con qué encarnizamiento persegu a a la Iglesia de Dios y la asolaba;
en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que hay en la ley, tenido por irreprensible.
Muchos seguirán sus torpezas, y por su causa será desacreditado el camino de la verdad.