Entonces el sacerdote Jilqu as, Ajicán, Acbor, Safán y Asa as fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticvá, hijo de Jarjás, encargado del vestuario. Resid a en el barrio nuevo de Jerusalén. Hablaron con ella
Hechos 21:9 - Biblia Castilian 2003 Ten a éste cuatro hijas v rgenes y profetisas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Biblia Nueva Traducción Viviente Tenía cuatro hijas solteras, que habían recibido el don de profecía. Biblia Católica (Latinoamericana) tenía cuatro hijas que se habían quedado vírgenes y tenían el don de profecía. La Biblia Textual 3a Edicion Y éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tenía éste cuatro hijas vírgenes y profetisas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban. |
Entonces el sacerdote Jilqu as, Ajicán, Acbor, Safán y Asa as fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticvá, hijo de Jarjás, encargado del vestuario. Resid a en el barrio nuevo de Jerusalén. Hablaron con ella
¡Acuérdate, Dios m o, de Tob as y de Sanbalat por lo que han hecho, y también de la profetisa Noad a y de los demás profetas que trataron de asustarme!
Mar a, la profetisa, hermana de Aarón, tomó en sus manos un pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos para danzas.
'Y tú, hijo de hombre, dir gete a las hijas de tu pueblo que profetizan por su propia cuenta y profetiza contra ellas.
También estaba all una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ten a ya una edad muy avanzada. Casada cuando era jovencita, hab a vivido con su marido siete a os
Hab a en la Iglesia de Antioqu a profetas y maestros: Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio el de Cirene, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.
Y sucederá en los últimos d as - dice Dios - que derramaré mi esp ritu sobre toda carne. Profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos so arán sue os.
De modo que el que se casa con su compa era hace bien; y el que no se casa, hará todav a mejor.
Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se proclama a s misma profetisa y ense a y seduce a mis siervos a fornicar y a comer de lo inmolado a los dolos.
Por aquel tiempo era juez en Israel la profetisa Débora, mujer de Lapidot.