Cuando entréis en una ciudad o aldea, informaos de quién hay de confianza en ella, y alojaos all hasta el momento de partir.
Hechos 21:4 - Biblia Castilian 2003 Encontramos a los disc pulos y permanecimos all siete d as. Ellos le dec an a Pablo, por inspiración del Esp ritu, que no subiera a Jerusalén. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente Desembarcamos, encontramos a los creyentes del lugar y nos quedamos con ellos una semana. Estos creyentes profetizaron por medio del Espíritu Santo, que Pablo no debía seguir a Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Aquí encontramos a los discípulos y nos detuvimos siete días.
Advertían a Pablo con mensajes proféticos que no subiera a Jerusalén;' La Biblia Textual 3a Edicion Habiendo hallado a los discípulos, permanecimos allí siete días, y ellos aconsejaban a Pablo por el Espíritu que no subiera a Jerusalem. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Encontramos a los discípulos y permanecimos allí siete días. Ellos le decían a Pablo, por inspiración del Espíritu, que no subiera a Jerusalén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y hallando discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. |
Cuando entréis en una ciudad o aldea, informaos de quién hay de confianza en ella, y alojaos all hasta el momento de partir.
lo encontró y se lo trajo a Antioqu a. Durante un a o entero convivieron como huéspedes de la comunidad y ense aron a una muchedumbre considerable. Fue en Antioqu a donde, por primera vez, se llamó a los disc pulos 'cristianos'.
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones altas, llegó a Éfeso y encontró algunos disc pulos,
Vinieron también con nosotros algunos disc pulos de Cesarea que nos presentaron a un tal Mnasón, de Chipre, antiguo disc pulo, en cuya casa nos hospedar amos.
donde hallamos unos hermanos que nos rogaron que nos quedáramos con ellos siete d as. Y as, finalmente, llegamos a Roma.
sino que, apenas llegó a Roma, se puso a buscarme con todo interés hasta dar conmigo!
Fui arrebatado en esp ritu, el d a del Se or, y o detrás de m una gran voz, como de trompeta,