Estableció luego gobernadores en la región aramea de Damasco, y as los arameos quedaron sometidos a David y le pagaban tributo. As Yahveh conced a la victoria a David por dondequiera que éste iba.
Hechos 21:3 - Biblia Castilian 2003 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria, hasta atracar en Tiro, donde la nave ten a que descargar su mercanc a. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí. Biblia Nueva Traducción Viviente Divisamos la isla de Chipre, la pasamos por nuestra izquierda y llegamos al puerto de Tiro, en Siria, donde el barco tenía que descargar. Biblia Católica (Latinoamericana) Divisamos la isla de Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos rumbo a Siria. Atracamos en Tiro, pues el barco debía dejar su carga en aquel puerto. La Biblia Textual 3a Edicion Al avistar Chipre, dejándola a babor, navegábamos hacia Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco tenía que descargar allí la mercancía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria, hasta atracar en Tiro, donde la nave tenía que descargar su mercancía. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando avistamos a Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro; porque el barco había de descargar allí su cargamento. |
Estableció luego gobernadores en la región aramea de Damasco, y as los arameos quedaron sometidos a David y le pagaban tributo. As Yahveh conced a la victoria a David por dondequiera que éste iba.
Si se prendare el rey de tu hermosura, ya que él es tu se or, póstrate ante él.
'Yo cuento a Ráhab y a Babel entre los que me conocen; tirios y filisteos e incluso et opes han nacido all '.
Cuando a la casa de David se le informó, diciéndole: 'Aram acampa con Efra n', tembló su corazón y el corazón de su pueblo como tiemblan los árboles del bosque sacudidos por el viento.
'¡Ay de ti, Coraza n! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, cubiertas de cilicio y en ceniza, se habr an convertido.
Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.
¡Ay de ti, Coraza n! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, sentados, cubiertos de cilicio y ceniza, se habr an convertido.
Entre tanto, los que se hab an dispersado a partir de la persecución que sobrevino cuando lo de Esteban hab an llegado hasta Fenicia y Chipre y Antioqu a, aunque sólo predicaban la palabra a los jud os.
Estaba muy irritado contra los tirios y los sidonios. Éstos, de común acuerdo, se presentaron ante él. Y habiéndose ganado a un tal Blasto, maestro de cámara del rey, solicitaban la paz, dado que su región depend a económicamente de la casa real.
Ellos, pues, con esta misión del Esp ritu Santo, bajaron a Seleuc a y de all navegaron hacia Chipre.
que llevar an en mano el siguiente escrito: 'Los apóstoles y los hermanos ancianos, a los hermanos de Antioqu a, Siria y Cilicia, provenientes de la gentilidad: salud.
El desacuerdo llegó a tal extremo que se separaron. Bernabé se embarcó, con Marcos, en dirección a Chipre.
Pablo se quedó all todav a bastante tiempo. Luego se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, acompa ado de Priscila y de Áquila. En Céncreas se rapó la cabeza, porque ten a hecho voto.
Vinieron también con nosotros algunos disc pulos de Cesarea que nos presentaron a un tal Mnasón, de Chipre, antiguo disc pulo, en cuya casa nos hospedar amos.
Encontramos una nave que hac a la traves a a Fenicia, subimos a bordo y nos hicimos a la mar.
Acabada la traves a mar tima, desde Tiro llegamos a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y estuvimos un d a con ellos.
De all nos hicimos a la mar y navegamos al abrigo de Chipre, porque los vientos eran contrarios.
As José, llamado por los apóstoles Bernabé (que significa 'Hijo de la consolación'), levita, natural de Chipre,
Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos de Yahveh y a servir a los baales y a las astartés, a los dioses de Aram y a los de Sidón, a los dioses de los moabitas y de los amonitas, y a los dioses de los filisteos. Abandonaron as a Yahveh, al que dejaron de dar culto.