Hechos 2:9 - Biblia Castilian 2003 Partos, medos, elamitas, los habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, Biblia Nueva Traducción Viviente Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia de Asia, Biblia Católica (Latinoamericana) Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, del Ponto y Asia, La Biblia Textual 3a Edicion Partos, medos, elamitas, y los que habitamos Mesopotamia, Judea y también Capadocia, Ponto y Asia, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Partos, medos, elamitas, los habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Partos y medos, y elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia, |
Amrafel, rey de Senaar, Arioc, rey de Elasar, Quedorlaómer, rey de Elam, y Tidal, rey de Go,
Tomó el siervo diez camellos de entre los camellos de su se or, y se fue, con todo lo que hab a de mejor en casa de su se or. Puesto en camino, se dirigió a Aram Naharáin, a la ciudad de Najor.
El a o noveno de Oseas, el rey de Asiria se apoderó de Samar a, deportó a los israelitas a Asiria y los asentó en Jalaj y junto al Jabor, r o de Gozán, y en las ciudades de Media.
Cuando vieron los amonitas que se hab an hecho odiosos a David, Janún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros y jinetes de Aram Naharáin, de Aram de Maacá y de Sobá.
Y en Ecbátana, fortaleza que está en la provincia de Media, se halló un rollo en el que estaba escrito este memorándum:
Sucederá en aquel d a: el Se or hará un segundo gesto con su mano para rescatar al resto de su pueblo: los que hayan quedado de Asiria y de Egipto, de Patrós, de Cus y de Elam, de Sinar, de Jamat y de las islas del mar.
Una dura visión se me ha revelado: el traidor traiciona, el devastador devasta. ¡Sube, Elam! ¡Asedia, Media! Pongo fin a todo gemido.
Estaba yo mirando durante la visión, y me pareció hallarme en Susa, la fortaleza, situada en la provincia de Elam. Advert en la visión que me encontraba a orillas del Ulay.
Habiéndoles impedido el Esp ritu Santo predicar la palabra en Asia, cruzaron Frigia y la región de Galacia,
All encontró a un jud o llamado Áquila, originario del Ponto, recién llegado de Italia con su mujer Priscila, porque Claudio hab a decretado que fueran expulsados de Roma todos los jud os. Se unió a ellos
As lo hizo durante dos a os, de forma que todos los habitantes de Asia, tanto jud os como griegos, oyeron la palabra del Se or.
Esto no sólo entra a el peligro de que se nos vaya a la ruina el negocio, sino también el de que se tenga en nada el santuario de la gran diosa Artemisa y quede privada de su majestad aquella a quien toda el Asia y el mundo entero venera'.
Algunos de los asiarcas, amigos suyos, le mandaron aviso de que no se presentara en el teatro.
¿Pues cómo los o mos hablar cada uno de nosotros en nuestra lengua nativa?
Pablo no quiso hacer escala en Éfeso para no detenerse en Asia, pues ten a prisa por estar en Jerusalén, si le fuera posible, para el d a de Pentecostés.
Cuando llegaron, les dijo: 'Vosotros sabéis muy bien cómo me he portado con vosotros todo el tiempo, desde el primer d a que puse el pie en Asia,
Le acompa aban Sópatro de Pirro, natural de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo, T quico y Trófimo, de Asia.
Cuando estaban a punto de cumplirse los siete d as, los jud os de Asia, que lo hab an visto en el templo, comenzaron a alborotar al pueblo todo y le echaron mano,
Fue as como me encontraron recién purificado en el templo, no con turbas ni con tumulto.
Subidos a bordo de un barco de Adramicio que se dispon a a navegar hacia las costas de Asia, levamos anclas, acompa ados de Aristarco, macedonio de Tesalónica.
Surgieron algunos de la sinagoga llamada de los Libertos, oiriundos de Cirene y Alejandr a, de Cilicia y de Asia, que disputaban con Esteban,
Él respondió: 'Hermanos y padres, o d: el Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán, cuando estaba en Mesopotamia, antes de que fijara su residencia en Jarrán,
Saludad también a la iglesia que se reúne en su casa. Saludad a mi querido Epéneto, que fue primicia de Asia para Cristo.
Os saludan las iglesias de Asia. Muchos saludos en el Se or de parte de Áquila y de Prisca y de la iglesia que se congrega en su casa.
Porque no queremos que ignoréis, hermanos, que la tribulación que nos sobrevino en Asia fue tan pesada, y tan por encima de nuestras fuerzas nos abrumó, que llegamos a perder toda esperanza de vivir.
El amonita y el moabita no serán admitidos en la asamblea de Yahveh; ni siquiera en la décima generación, nunca jamás, entrarán en ella,
Ya sabes que todos los de Asia me han abandonado, entre ellos Figelo y Hermógenes.
Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos que viven como peregrinos en la diáspora, en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos,
que dec a: 'Escribe en un rollo lo que vas a ver y env alo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea'.
Juan, a las siete iglesias de Asia: gracia y paz a vosotros de parte de aquel que es, que era y que ha de venir, de parte de los siete esp ritus que están ante su trono
La ira de Yahveh se encendió contra Israel, y los entregó en manos de Cusán Risatáin, rey de Aram Naharáin. Los israelitas estuvieron sometidos a Cusán Risatáin durante ocho a os.