¿Acaso Ezequ as no os está enga ando, para entregaros a la muerte por hambre y por sed, cuando os dice: 'Yahveh, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiria?'.
Hechos 18:4 - Biblia Castilian 2003 Todos los sábados disertaba en la sinagoga, tratando de persuadir tanto a jud os como a griegos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. Biblia Nueva Traducción Viviente Cada día de descanso, Pablo se encontraba en la sinagoga tratando de persuadir tanto a judíos como a griegos. Biblia Católica (Latinoamericana) Todos los sábados Pablo entablaba discusiones en la sinagoga, tratando de convencer tanto a los judíos como a los griegos. La Biblia Textual 3a Edicion Y todos los sábados discutía en la sinagoga, y persuadía a judíos y a griegos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos los sábados disertaba en la sinagoga, tratando de persuadir tanto a judíos como a griegos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos. |
¿Acaso Ezequ as no os está enga ando, para entregaros a la muerte por hambre y por sed, cuando os dice: 'Yahveh, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiria?'.
Pero Abrahán le dijo: 'Si no escuchan a Moisés y a los profetas, ni aunque resucite uno de entre los muertos se dejarán persuadir''.
Llegó a Nazaret, donde se hab a criado, y, según lo ten a por costumbre, entró en la sinagoga el d a de sábado y se levantó a leer.
Dijéronse entonces los jud os entre s: '¿Adónde pensará irse éste, que no lo podamos encontrar nosotros? ¿Pensará, acaso, irse a la diáspora entre los griegos y ense ar también a los griegos?
Ellos, después de atravesar Perge, llegaron a Antioqu a de Pisidia y, entrando en la sinagoga el d a de sábado, se sentaron.
En Iconio entraron, como de costumbre, en la sinagoga de los jud os y hablaron de tal manera que abrazó la fe una gran muchedumbre, tanto de jud os como de griegos.
Éstos eran de mejor condición que los de Tesalónica y recibieron con toda avidez la palabra, compulsando d a tras d a las Escrituras, para ver si era as.
Discut a, pues, con los jud os y los prosélitos en la sinagoga, y cada d a en el ágora con cuantos encontraba.
diciendo: 'Este tipo anda incitando a la gente a dar culto a Dios en forma contraria a la ley'.
Llegaron a Éfeso y los dejó all. Él, por su parte, entró en la sinagoga y se puso a hablar a los jud os.
Pero ahora estáis viendo y oyendo cómo este Pablo ha convencido y seducido a una gran muchedumbre, no sólo de Éfeso, sino de casi toda Asia, diciendo que no son dioses los que se hacen a mano.
Entró Pablo en la sinagoga y habló con entereza, por espacio de tres meses. Discut a sobre el reino de Dios e intentaba convencerlos.
Respondió Agripa a Pablo: 'Por poco me convences de que me haga cristiano'.
Fijáronle fecha y vinieron en mayor número adonde se hospedaba. Él les expon a el reino de Dios, dando solemne testimonio de él y tratando de persuadirles sobre Jesús, a partir de la ley de Moisés y de los profetas, desde la ma ana hasta por la tarde.
y en seguida predicaba en las sinagogas a Jesús, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
Sabiendo, pues, lo que es el temor del Se or, intentamos persuadir a los hombres, pues para Dios estamos al descubierto y espero estarlo también para vuestras conciencias.