Cuando Jesús se marchaba de all, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en su despacho de cobrador de impuestos, y le dijo: 'S gueme'. Él se levantó y lo siguió.
Hechos 1:13 - Biblia Castilian 2003 Entraron y subieron a la habitación donde se alojaban Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón de Zelotes y Judas el de Santiago. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegaron, subieron a la habitación de la planta alta de la casa donde se hospedaban. Estos son los nombres de los que estaban presentes: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago (hijo de Alfeo), Simón (el zelote) y Judas (hijo de Santiago). Biblia Católica (Latinoamericana) Entraron en la ciudad y subieron a la habitación superior de la casa donde se alojaban. Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago. La Biblia Textual 3a Edicion Y tan pronto entraron, subieron al aposento alto donde estaban alojados Pedro y Juan, Jacobo° y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo° de Alfeo, Simón el Zelote,° y Judas, el hermano de Jacobo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entraron y subieron a la habitación donde se alojaban Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón de Zelotes y Judas el de Santiago. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón Zelotes, y Judas hermano de Jacobo. |
Cuando Jesús se marchaba de all, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en su despacho de cobrador de impuestos, y le dijo: 'S gueme'. Él se levantó y lo siguió.
Él os mostrará una gran sala en el piso de arriba, arreglada ya con almohadones y dispuesta; preparádnosla all '.
Luego toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentir terror y angustia;
Al pasar, vio a Lev, el de Alfeo, sentado en su despacho de cobrador de impuestos, y le dice: 'S gueme'. Y él se levantó y lo siguió.
Y no permitió que nadie lo acompa ara, fuera de Pedro, de Santiago y de Juan, el hermano de Santiago.
Seis d as después toma Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan, y los conduce a un monte alto, aparte, a ellos solos. Y se transfiguró delante de ellos,
Él os mostrará una gran sala en el piso de arriba, arreglada ya con almohadones; all la prepararéis'.
Tomás, llamado el Mellizo, dijo a sus condisc pulos: 'Vamos también nosotros a morir con él'.
Judas, no el Iscariote, le pregunta: 'Se or, ¿y cómo es eso de que te has de manifestar a nosotros y no al mundo?'.
Entonces la criada, la portera, dice a Pedro: '¿No eres tú también de los disc pulos de ese hombre?'. Contesta él: 'No lo soy'.
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus disc pulos.
Él hizo se as con la mano para que se callaran, les refirió cómo el Se or le hab a sacado de la cárcel y a adió: 'Contádselo a Santiago y a los hermanos'. Salió y se fue a otro lugar.
Cuando acabaron su informe, tomó la palabra Santiago y dijo: 'O dme, hermanos.
Puesto Pedro de pie, con los Once, levantó la voz y les dirigió este discurso: 'Hombres de Judea y vosotros, todos los que habitáis en Jerusalén, quede esto bien claro y escuchad mis palabras:
Pedro les respondió: 'Convert os, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Esp ritu Santo;
Hab a muchas lámparas en la estancia superior donde nos hallábamos reunidos.
Viendo la entereza de Pedro y de Juan, y habiendo comprobado que eran hombres iletrados y del vulgo, se maravillaban. Reconoc an que eran compa eros de Jesús.
Pedro y Juan les respondieron: 'Juzgad si ser a justo ante Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.
pero no vi a ningún otro apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Se or.
y reconociendo la gracia que se me hab a dado, Santiago y Cefas y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano en se al de comunión a m y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los circuncisos.
Santiago, siervo de Dios y del Se or Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: salud.
El Anciano, a la se ora Electa y a sus hijos, a quienes amo en la verdad - y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad -;
Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que fueron llamados, amados en Dios Padre y guardados en Jesucristo: