Sabemos, desde luego, que la ley es espiritual; pero yo soy de carne y hueso, vendido como esclavo al pecado.
Hebreos 7:16 - Biblia Castilian 2003 no instituido por una ley basada en la descendencia humana, sino por el poder de una fuerza vital indestructible. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús llegó a ser sacerdote, no por cumplir con la ley del requisito físico de pertenecer a la tribu de Leví, sino por el poder de una vida que no puede ser destruida. Biblia Católica (Latinoamericana) no por efecto de una ley humana, sino por el poder de la vida que no conoce ocaso. La Biblia Textual 3a Edicion el cual ha sido constituido, no según la ley de un mandamiento carnal, sino según el poder de una vida inmortal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 no instituido por una ley basada en la descendencia humana, sino por el poder de una fuerza vital indestructible. Biblia Reina Valera Gómez (2023) el cual no es hecho conforme a la ley del mandamiento carnal, sino según el poder de una vida que no tiene fin. |
Sabemos, desde luego, que la ley es espiritual; pero yo soy de carne y hueso, vendido como esclavo al pecado.
As también nosotros, cuando éramos ni os, estábamos reducidos a esclavos bajo los elementos del mundo.
pero ahora, que conocéis a Dios, o mejor, que sois conocidos por Dios, ¿cómo volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los que de nuevo queréis esclavizaros?
anuló la nota de nuestra deuda escrita en las ordenanzas, que os era desfavorable, y la arrancó de all, clavándola en la cruz.
Si habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo, ¿cómo es que, cual si vivierais en este mundo, os dejáis imponer ordenanzas del tipo de
Conteniendo, en efecto, la ley sólo una sombra de los bienes futuros, no la reproducción exacta de las realidades, nunca puede, con los sacrificios, siempre los mismos, ofrecidos sin cesar, a o tras a o, perfeccionar a los que se acercan a ellos.
Y esto resulta todav a más claro si, a semejanza de Melquisedec, surge un sacerdote distinto,
En efecto, de él se afirma solemnemente: Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.
mientras que éste lo ha sido con juramento, pronunciado por aquel que le dijo: Lo ha jurado el Se or y no se torna: tú eres sacerdote para siempre.
En efecto, la ley instituye sacerdotes a hombres frágiles, mientras que la palabra de aquel juramento, posterior a la ley, instituye sacerdote al Hijo para siempre perfecto.
Aparece sin padre, sin madre, sin genealog a; no hay comienzo ni final de su existencia. En esto se parece al Hijo de Dios: permanece sacerdote para siempre.
¡cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del esp ritu eterno, se ofreció a Dios como sacrificio sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para que rindamos culto al Dios vivo!
y el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.