Inmolarás cada d a un novillo en sacrificio por el pecado, en expiación; purificarás el altar por el sacrificio de expiación y lo ungirás después para consagrarlo.
Hebreos 10:11 - Biblia Castilian 2003 Los sacerdotes, puestos en pie, ofician cada d a y ofrecen repetidas veces los mismos sacrificios, a pesar de que éstos nunca pueden borrar pecados. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; Biblia Nueva Traducción Viviente Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los cuales nunca pueden quitar los pecados; Biblia Católica (Latinoamericana) Los sacerdotes están de servicio diariamente para cumplir su oficio, ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca tienen el poder de quitar los pecados. La Biblia Textual 3a Edicion Y todo sacerdote en verdad está de pie° día tras día ministrando y ofreciendo repetidamente los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los sacerdotes, puestos en pie, ofician cada día y ofrecen repetidas veces los mismos sacrificios, a pesar de que éstos nunca pueden borrar pecados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ciertamente todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. |
Inmolarás cada d a un novillo en sacrificio por el pecado, en expiación; purificarás el altar por el sacrificio de expiación y lo ungirás después para consagrarlo.
¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? - dice Yahveh -. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y cabritos no me agrada.
Ésta es la parte sagrada del pa s que pertenecerá a los sacerdotes ministros del santuario que se acercan a servir a Yahveh. Les servirá de emplazamiento para las casas y de lugar sagrado para el santuario.'
'Tropas enviadas por él profanarán el santuario y la ciudadela, abolirán el sacrificio perpetuo y pondrán all la abominación de la desolación.
A partir del momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación, pasarán mil doscientos noventa d as.
Se elevó hasta el mismo jefe de este ejército y le quitó el sacrificio perpetuo. Destrozó el fundamento de su santuario,
todav a estaba yo diciendo mi oración, cuando Gabriel, el hombre que yo hab a contemplado en visión al principio, se acercó a mi volando, a la hora de la ofrenda de la tarde.
Concertará una alianza con muchos durante una semana; y en la mitad de la semana suprimirá el sacrificio y la oblación. Pondrá sobre el ala del templo la abominación de la desolación, hasta que la ruina decretada se desplome sobre el devastador.'
'¿Con qué me presentaré a Yahveh y me postraré ante el Dios excelso? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con terneros de un a o?
As lo haréis a diario durante siete d as: es un alimento, un manjar pasado por el fuego de calmante aroma en honor de Yahveh, que se ofrece además del holocausto perpetuo y de su libación.
Les dirás: éste es el manjar pasado por el fuego que ofreceréis a Yahveh: cada d a dos corderos de un a o, sin defecto, como holocausto perpetuo.
Esto se a adirá al holocausto del mes y a su oblación, al holocausto perpetuo, a su oblación y a sus libaciones, según lo prescrito. Es manjar pasado por el fuego de calmante aroma en honor de Yahveh.
Conteniendo, en efecto, la ley sólo una sombra de los bienes futuros, no la reproducción exacta de las realidades, nunca puede, con los sacrificios, siempre los mismos, ofrecidos sin cesar, a o tras a o, perfeccionar a los que se acercan a ellos.
porque es imposible que sangre de toros y de machos cabr os borre pecados.
Porque todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto para representar a los hombres en las relaciones con Dios en lo concerniente a ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él no necesita, como los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios, cada d a, primero por los pecados propios y después por los del pueblo. Porque esto lo hizo de una vez para siempre ofreciéndose a s mismo.
Él es ministro del santuario y de la Tienda verdadera que construyó el Se or y no un hombre.
Seguramente que, si él estuviera en la tierra, ni siquiera ser a sacerdote, pues hay ya otros que ofrecen dones según la ley