José llamó Manasés al primogénito, pues se dijo: 'Me ha hecho Dios olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre'.
Génesis 48:14 - Biblia Castilian 2003 Pero Israel extendió su mano derecha y la colocó sobre la cabeza de Efra n, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando as las manos, aunque Manasés era el primogénito. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Jacob cruzó sus brazos cuando los extendió para poner sus manos sobre la cabeza de los muchachos: es decir, puso su mano derecha sobre la cabeza de Efraín —aunque él era el menor— y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, que era el hijo mayor. Biblia Católica (Latinoamericana) Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraím, que era el menor, y así, cruzando las manos, puso su izquierda sobre la cabeza de Manasés a pesar de que era el primogénito. La Biblia Textual 3a Edicion Israel extendió su diestra y la puso sobre la cabeza de Efraín, el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando adrede los brazos, aunque Manasés era el primogénito.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Israel extendió su mano derecha y la colocó sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando así las manos, aunque Manasés era el primogénito. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Israel extendió su diestra, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito. |
José llamó Manasés al primogénito, pues se dijo: 'Me ha hecho Dios olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre'.
Al segundo lo llamó Efra m, porque se dijo: 'Dios me ha hecho fructificar en el pa s de mi desdicha'.
A José le nacieron en la tierra de Egipto Manasés y Efra n, que le dio Asenat, hija de Poti Fera, sacerdote de On.
A continuación tomó a los dos, a Efra n a su derecha y a la izquierda de Israel, y a Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel, y se los acercó.
Al ver José que su padre pon a su mano derecha sobre la cabeza de Efra n, le pareció mal. Tomó, pues, la mano de su padre para trasladarla de la cabeza de Efra n a la de Manasés,
y explicó a su padre: 'As no, padre m o. El primogénito es éste. Pon tu mano derecha sobre su cabeza'.
De David. Salmo. Palabra del Se or a mi se or: Reposa a mi derecha, mientras pongo a tus enemigos por plataforma de tus pies.
Tu diestra, Yahveh, es fuerte y poderosa, tu diestra, Yahveh, aplasta al enemigo;
Al poniente estará el estandarte del campamento de Efra n, por escuadras; el pr ncipe de los hijos de Efra n es Elisamá hijo de Amiud.
Harás que los levitas se acerquen ante Yahveh y los israelitas pondrán sus manos sobre los levitas.
he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas
Ahora yo también te digo que tú eres Pedro; sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hades no podrán contra ella.
Entonces le presentaron unos ni os para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los disc pulos los reprendieron.
Y cuando hagáis vuestra oración, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar erguidos en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para exhibirse ante la gente. Os lo aseguro: ya están pagados.
A la ca da del sol, todos los que ten an enfermos de diversas dolencias se los llevaron a él; él les iba imponiendo las manos uno por uno y los curaba.
Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del esp ritu de sabidur a, pues Moisés le hab a impuesto las manos. Los israelitas le obedecieron e hicieron como Yahveh hab a ordenado a Moisés.
No dejes de cuidar el don que hay en ti y que, mediante intervención profética, se te confirió con la imposición de las manos del presbiterio.
No te precipites en imponer las manos a nadie, ni te hagas responsable de pecados ajenos. Consérvate limpio de pecado.