Dijo Abrahán a su siervo, el más antiguo de su casa, el que administraba todos sus bienes: 'Pon tu mano bajo mi muslo,
Génesis 47:29 - Biblia Castilian 2003 Cuando se aproximaban los d as de la muerte de Israel, llamó éste a su hijo José y le dijo: 'Si cuento con tu benevolencia, pon tu mano bajo mi muslo y hazme favor y lealtad: no me entierres en Egipto. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando se acercaba el momento de su muerte, Jacob llamó a su hijo José, y le dijo: —Te ruego que me hagas un favor. Pon tu mano debajo de mi muslo y jura que me tratarás con amor inagotable al hacer honor a esta última petición: no me entierres en Egipto; Biblia Católica (Latinoamericana) Y cuando los días de su vida se acercaron a su fin, llamó a su hijo José y le dijo: 'Si me aprecias de veras, te ruego que coloques tu mano bajo mi muslo, y me prometas que no me sepultarás en Egipto; en esto reconoceré tu amor y fidelidad. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando se acercaba para Israel la hora de morir, llamó a su hijo José, y le dijo: Si he hallado gracia en tus ojos, pon ahora tu mano bajo mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando se aproximaban los días de la muerte de Israel, llamó éste a su hijo José y le dijo: 'Si cuento con tu benevolencia, pon tu mano bajo mi muslo y hazme favor y lealtad: no me entierres en Egipto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad; te ruego que no me entierres en Egipto. |
Dijo Abrahán a su siervo, el más antiguo de su casa, el que administraba todos sus bienes: 'Pon tu mano bajo mi muslo,
Ahora, pues, si queréis usar de benevolencia y fidelidad con mi se or, indicádmelo; y si no, dec dmelo también, para que yo tire por la derecha o por la izquierda'.
Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres y al polvo volverás'.
Contestó Jacob al Faraón: 'Ciento treinta han sido los a os de mis andanzas. Pocos y malos han sido los d as de los a os de mi vida, y no han alcanzado los a os de la vida de las andanzas de mis padres'.
Dijo después Israel a José: 'Yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará regresar a la tierra de vuestros padres.
Mi padre me hizo jurar: 'Estoy a punto de morir; sepúltame en el sepulcro que excavé para m en la tierra de Canaán'. Perm tame, pues, subir a sepultar a mi padre, y luego volveré'.
Todos hemos de morir; y como el agua que se derrama en tierra no vuelve a recogerse, as Dios tampoco levanta un cadáver. Piense, pues, sus planes el rey, para no mantener desterrado lejos de él al proscrito.
Llevaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre, en Belén. Después, Joab y sus hombres siguieron caminando toda la noche y llegaron a Hebrón cuando amanec a.
Y cuando se cumplan tus d as y vayas a descansar con tus padres, yo suscitaré después de ti un linaje salido de tus entra as y consolidaré su reino.
Los d as de David se acercaban ya a su término. Entonces él dio a Salomón estas instrucciones:
-¿revive el hombre después de haber muerto? -, aguardar a todo el tiempo de mi milicia hasta que llegara mi relevo!
Ya sé que me llevas a la muerte, al lugar de cita de todos los vivientes.
¿No es milicia la vida del hombre en la tierra? ¿No son sus d as como los de un jornalero?
Recuerda: ¿Cuánto duro yo? ¿Para qué precario fin has creado a todos los hijos de los hombres?
Dijo Yahveh a Moisés: 'Se acercan los d as de tu muerte; llama a Josué y presentaos en la tienda del encuentro, para que yo le dé mis órdenes'. Fueron, pues, Moisés y Josué, y se presentaron en la tienda del encuentro.
Entonces Yahveh dijo a Moisés: 'Mira, vas a reunirte con tus padres. Y este pueblo irá a prostituirse tras los dioses de la tierra extranjera en la que va a entrar; me abandonará y romperá la alianza que he concluido con él.
Por la fe José, al fin de su vida, mencionó el éxodo de los israelitas y dejó instrucciones sobre sus propios restos.
Y as como es destino de los hombres morir una sola vez y, tras de esto, el juicio,
Los hombres le respondieron: 'Nuestras vidas a cambio de las vuestras, a condición de que no delates nuestros designios. Cuando Yahveh nos entregue el pa s, te trataremos con benevolencia y lealtad'.
Yo, por mi parte, estoy a punto de emprender el camino de todos los hombres; pero reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha dejado de cumplirse ni una sola de cuantas buenas promesas os hizo Yahveh, vuestro Dios: todas se han cumplido en favor vuestro, ninguna de ellas ha fallado.
Y a adió David: 'Por vida de Yahveh, que ha de ser Yahveh quien lo mate; cuando llegue su d a morirá, o tal vez perezca al entrar en combate.